Quizá faltó un Mascherano en el palco que le hubiera dicho a algunos de los oradores al oído: “Hoy te convertís en héroe”. Pero quien quiere ser héroe si en el presente personal la situación es cómoda. Un “gesto de arrojo” de parte de alguno de los dirigentes que encabezaron el acto de la CGT del martes último se hubiera traducido en una fecha concreta que marcara lo que sería el primer paro al gobierno nacional. Un número en el calendario con consecuencias lógicas. Análisis varios se sucedieron en los días posteriores, incluso hasta se habló de un fecha tentativa de paro nacional a realizarse entre fines de marzo y primera semana de abril. Pero... ...como sucede con todo lo que se dice a destiempo, hasta que eso no se concrete o se anule, genera al menos desconfianza. Ya en enero cuando en algunas reuniones los dirigentes de la CGT se reunían de manera informal para seguir el curso de la noticias sobre el panorama económico nacional, algunos se animaban a expresar interrogantes acerca de cuánta gente se podría convocar para que una marcha sea verdaderamente representativa del peso de la entidad. Finalmente y como también dieron cuenta crónicas periodísticas y redes sociales, la convocatoria superó las expectivas porque al aparato puesto por los respectivos sindicatos hubo también una cuota de manifestantes espontáneos. Sin fecha de paro determinada y con las críticas recibidas, la CGT mantuvo reuniones para ver cómo seguir y accionar. Y dos de las cosas quedaron en claro, buscar la manera de expresar que ni La Campora ni Cristina Kirchner son aliados o serán quienes los presionen para ir a un paro, y que la “reacción espontánea” siguiendo consigna pro-paro como la que se expresó en la marcha de Ni una menos puede dejarlo en off side antes sus gremios.
El “performer”
Hay un espacio donde Andy Freire demuestra dotes que parecen innatas y es cuando micrófono en mano se sube a un escenario y no sólo si tiene que hablar de político. Esta vez lo demostró como moderador del panel menos politizado de la jornada que organizó The Economist en el Alvear donde medió entre Julio Bocca y el cineasta Daniel Durman.
En blanco y negro
Ya a fines de 2016 muchos invitados comenzaron a recibir el e-mail para que bloquearan en sus respectivas agendas la noche del jueves 9 de marzo de 2017. El anfitrión Javier Iturrioz anunciaba así que ese día celebraría su cumpleaños número 50 con una fiesta temática en un lugar a determinar. Luego se sucedieron un par de nuevos e-mails que, además de confirmación de asistencia, fueron anticipando el lugar y el código de vestimenta que él quería de sus invitados. Decorador de profesión, Iturrioz se inspiró para su fiesta en una que justamente en 2016 cumplió 50 años y que fue todo un suceso en Nueva York la noche del 28 de noviembre de 1966: la fiesta en blanco y negro que en Grand Ballroom del Plaza Hotel tuvo como anfitrión a Truman Capote. Crónicas periodísticas de la época e incluso un libro publicado en 2006 dan cuenta de por qué cinco décadas después se la sigue llamando “la” fiesta. El número de invitados superó a los estrictos 540 que tuvo la de Capote, los nombres de los invitados obviamente no se asemejaron a los que el escritor reunió aquella noche, pero el espíritu festivo estuvo y por demás en el Palacio Sans Souci, en Zona Norte. Aunque no todos los caballeros usaron el black tie exigido en la invitación, todos respetaron ir en blanco y negro y sobre todo, con los antifaces también solicitados en el dress code.
Marca personal
En la terraza del Hyatt mendocino, un grupo de periodistas porteños conversaban con Daniel Vila mientras atendían desde allí el desfile de carrozas en el marco de la Fiesta de la Vendimia. El empresario se explayó sobre su “experiencia AFA” y sobre cómo veía el presente de la entidad futbolera y la cuestión de la televisación. De pronto se sumó Pamela David, quien asentía con frases inconclusas lo que decía su marido. Las mujeres periodistas presintieron en la aparición de la conductora una suerte de “demarcación territorial”.
Mama no quiere
El pasado fin de semana, un matutino publicó que Florencio Randazzo le había comunicado a un dirigente ferroviario su intención de enfrentar una interna dentro del peronismo con Cristina Kirchner o con el candidato que se postule también para el cargo de senador. El dirigente peronista se mostró con afiliados al gremio de quien ofició de vocero, pero ni siquiera durante las fotos con los ferroviarios se le cayeron palabras que conjuguen una oración o un pensamiento más concreto al respecto. Por ahora, el gambeteo es su juego. Mucho más en una semana donde seguramente las sucesivas marchas que se dieron lo hubieran obligado a responder algo más que sobre su posible disputa partidaria interna. Sin embargo, su madre, como lo hiciera cuando en 2015 Cristina Kirchner escogiera como candidato presidencial a Daniel Scioli, habló ante consultas de la “gente del pueblo” en Chivilcoy. Y en confianza Gladys Campagnon expresó: “Como mamá preferiría que no haga más nada. Se sufre mucho en la política. Se pasan momentos difíciles, también lindos, claro. Pero tengo que respetar lo que él decida, lo que a él le gusta. A mí me causa gracia porque todos hablan menos él. Igual yo lo veo tan poco...”.
A la caza de ‘asesores’
En Chubut, Mario Das Neves generó un nuevo frente de batalla en la Legislatura provincial. Allí expresó que está decidido a investigar y hacer público quiénes son los funcionarios del anterior gobierno que dejaron de ser ministros o secretarios y se convirtieron en “asesores con cachets de 40, 50 y hasta 80 mil pesos”.