Gerardo Werthein tendrá su club privado en el Comega. Dicen que a los 56 años, con un divorcio, tres hijos y un par de relaciones amorosas mediáticas con mujeres más jóvenes, rubias y esculturales, está en una etapa de la vida en la que el hedonismo guía sus inversiones estrictamente personales. Y en esa línea se ubica el proyecto de tener un club privado, que montará en el emblemático edificio Comega, ubicado en avenida Corrientes 222. Gerardo Werthein tomó la concesión de los dos últimos pisos –donde en sucesivos momentos funcionaron un after hour y, en el que tiene el balcón visera, un restaurante– y del piso que posee las únicas terrazas del edificio. En esas tres plantas piensa instalar una disco, un salón para fumadores y un espacio gastronómico. La característica de “privado” piensa aplicarla en sentido estricto del término ya que, a pesar de que experiencias similares no han tenido éxito a largo plazo en Buenos Aires, Werthein está convencido de que la Ciudad ahora sí está necesitada de un espacio de este tipo donde la privacidad sea un valor por el que paguen los miembros que asistan a este futuro selecto club. En otra escala, hay otro proyecto que también ocupa su tiempo y es la remodelación del casco de un barco diseñado por Germán Frers y que una vez terminado espera vender en el exterior.
Lectura de políticos. El verano es un buen momento para ponerse al día con la lectura. Eso es lo que hicieron varios dirigentes oficialistas y opositores que pasan sus días de descanso en Pinamar, Cariló y Villa Gesell. Independientemente de su adscripción política, varios de ellos han coincidido en los títulos elegidos, tal como se pudo ver en la playa durante la primera quincena. Los libros más vistos fueron la novela El hombre que amaba a los perros, del cubano Leonardo Padura; la biografía de Jorge Lanata que escribió Luis Majul; Recen por él, el libro sobre el papa Francisco de Marcelo Larraquy, y la reedición de La Voluntad, la historia de la militancia de izquierda, de Martín Caparrós y Eduardo Anguita.
Sincronicidad. Los movimientos del personal de seguridad en el Sanatorio Otamendi llamaron la atención de los pacientes del lugar a mitad de semana, hasta que se supo el motivo de tanto alboroto: la presidenta Cristina Kirchner llegaría en pocos minutos a visitar a su madre, Ofelia Wilhelm, que había sido intervenida en el lugar. Pero lo curioso es que a esa misma hora, en otro centro de salud porteño, hubo movimientos que también llamaron la atención del personal y de los pacientes. En este caso fue en el Sanatorio Anchorena, y lo que alimentaba comentarios y especulaciones era la presencia en el lugar del jefe de la Unidad Médica Presidencial, Luis Buonomo. La explicación llegó horas después: en el Anchorena y por una afección pulmonar había sido internado el líder del Movimiento Evita Emilio Pérsico.
¿Paranoicos? Muchos kirchneristas tuvieron que superar su escepticismo a la fuerza. Aunque en más de un asado costero aseguraban que la cuenta de Twitter @Scioli2015 era apenas un globo de ensayo del gobernador de la provincia de Buenos Aires, cuando advirtieron que esa cuenta había comenzado a seguirlos a ellos mismos a través de la red social, aceptaron que el tema iba en serio. Al menos por ahora...
El bien pagao. Punta del Este tiene algunas anécdotas que duran menos que un romance mediático de verano, pero que llenan espacio en conversaciones playeras o en reuniones sociales. Una de éstas fue la que sorprendió a varios argentinos famosos y no tanto cuando se enteraron de que, con lleno total, Martín Lousteau dio una conferencia en el Conrad por la que, en su mayoría compatriotas, pagaron de 35 a 50 dólares para escuchar sus historias, análisis y algunos escenarios posibles para 2014.
Te amo, te odio... Poco parece haber durado el afecto de Oscar González Oro por la conducción gerencial y periodística del Grupo Indalo. Aunque se manifestó preocupado por el manejo con algunas figuras del staff periodístico, otros recuerdan el gesto que tuvo la noche de la presentación de la programación 2014 de la corpo de Cristóbal López cuando luego de escuchar atento –con cigarro en mano y camisa blanca afuera del pantalón– el discurso del CEO Fabián de Souza, literalmente se abalanzó a abrazarlo y a felicitarlo por sus palabras.
Almuerzo. Cumpliendo con el calendario de encuentros de cada verano en Punta del Este, el que abrió su casa para su tradicional almuerzo fue Santiago Soldati, que agasajó a unas cuarenta personas. Estuvieron, por ejemplo, el abogado uruguayo Joaquín Reyes Delgado, Cristiano Rattazzi, Eduardo Amadeo, Carlos Fontán Balestra, Vicente Massot –que organizó también sus propios encuentros político-gastronómicos en su temporada esteña– y Jorge Pereyra de Olazábal. Un empresario llegó junto a su mujer quienes aprovecharon la ocasión para estrenar un espumante producido en la bodega familiar.
Política y pesca. El que encabezó una excursión veraniega al Delta fue el diputado nacional Roy Cortina, quien trasladó a una isla en lancha colectiva a un grupo de militantes del socialismo. Además de discusiones políticas sobre la coyuntura nacional, hubo asados con sobremesas más frívolas. Algunos de los presentes se ilusionaron con asar a la parrilla lo que obtuvieran con las cañas de pescar que habían llevado. Pero sólo lograron capturar algunos bagres que no lucían para nada apetecibles.
Ni en auto ni en avión. El diputado de la Coalición Cívica Fernando Sánchez suele comentar que le gusta viajar en subte y en colectivo para poder intercambiar opiniones con los pasajeros ocasionales. Pero por más entretenidas que puedan ser esas conversaciones, sus asesores no dejan de asombrarse de que prefiera tomar un micro de larga distancia antes que un avión, o su propio auto, cuando viaja a su Chaco natal.
Cien dólares. Ellos quisieron cumplir con la palabra dada y cerca de la medianoche dejaron el cumpleaños que Beto Vijnovsky –la última pareja de Patricia Miccio– celebraba en José Ignacio y manejaron hasta el Conrad, donde se desarrollaba la fiesta de un conocido semanario. Aunque el fervor de los turistas que querían ver el ingreso de famosos había mermado a esa hora, a Jorge Rodríguez y Verónica Lozano, por cuestiones de organización, el personal de seguridad no los dejó estacionar su camioneta en la puerta de acceso. Para evitar una discusión mayor, el Corcho sacó un billete de cien dólares, le dio las llaves del rodado a uno de los empleados del hotel y le dijo: “¿Los querés? Hacete cargo y estacionámelo”.
Incómoda invitada. Bon vivant y gran anfitrión. Así puede definirse a Giuseppe Cipriani, quien todos los veranos suele armar en su mansión de La Barra mesas extensas con comensales de distintas partes del mundo dispuestos a disfrutar de la pasta que él mismo cocina. También es conocido porque cada temporada trae consigo una decena de mujeres hermosas. Sin embargo, este año, algunos conocidos de Cipriani –en especial, varios coterráneos– se excusaron de participar de sus reuniones porque él tenía alojada a Nicole Minetti. Esta atractiva italiana se hizo famosa porque pasó de ser la dentista de Silvio Berlusconi a consejera de la Lombardía, y terminó siendo una de las figuras claves en la organización de las fiestas sexuales del ex primer ministro italiano, e incluso acusada por incitación a la prostitución.