Marzo comenzó con dos celebraciones de funcionarios del PRO. Las encuestas que reciben los ubican con viento a favor para octubre, aunque aun falta para descorchar botellas. Pero esa euforia coyuntural se vivió primero en el gran festejo que Néstor Grindetti organizó en Palermo por sus 60 años. Y de manera más secular y con más amigos empresarios que políticos, Guillermo Dietrich brindó por sus 46 años en su departamento de Recoleta. De la primera celebración ya dieron cuenta los medios, aunque el acercamiento protocolar de Horario Rodríguez Larreta a la mesa de Gabriela Michetti no significó más que eso: un saludo entre “gente educada”. Sí se puede destacar que Grindetti quedó contento porque recaudó gran cantidad de artículos escolares para una escuela del paraje La Ahoma, de Corrientes. El funcionario no quiso regalos, sí estas donaciones, y así lo anunció en la tarjeta de invitación. El de Guillermo Dietrich fue en su departamento de la calle Cerrito y él mismo se encargó del asado y de la barra. Aunque su trago estrella es la “Caipi Amado” –vino Malamado, frutos rojos y lima–, también se esmeró en la preparación de caipirinha y aperol spritz. El resto del menú que sirvió fue una picada criolla, seguida de brochettes de lomo, entraña y vacío. Entre los invitados, unos cuarenta con parejas incluidas, estuvieron Esteban Bullrich, Nicolas Ducoté, Alejandro Estrada, José Sánchez Elías, Federico Agardi, Pedro Zuroff, Pepín Rodríguez Simón y Ramón Lanús. Regalos: menos corbatas, algunas camisas, libros y vinos
Agasajo en Recoleta. No hizo falta que la traductora hiciera su trabajo, casi todos los invitados largaron una carcajada cuando Noah Mamet terminó de decir con énfasis y mucha gracia: “Aún no sé para quién trabaja”. El destinatario de esa frase era Fabián Perechodnik, quien esta semana le organizó una recepción al embajador norteamericano quien destacó, como funcionario, los tres acuerdos que firmó con el gobierno argentino desde su llegada en enero, y como agasajado, el agradecimiento al matrimonio anfitrión porque fue el primero que conoció desde su llegado. Entre los invitados estuvieron Marcos Bulgheroni, Jorge Brito padre e hijo, Martín Cabrales, Martín Ferré, Jorge Telerman, Pepe Scioli y María Pinto, Carolina Stanley y Federico Salvai, Alejandro Epelbaum –quien recién llegado del Vaticano trajo al anfitrión dos medallas enviadas por el Papa—, Mónica y Guido Parisier, Mirtha Legrand –consiguió dar con el funcionario de la embajada que tramitara la visa de manera más agil–, Juan Pablo Maglier, Timothy Stater –consejero para asuntos económicos que se va de Argentina antes de las elecciones para instalarse en Washington teniendo desde allí a Brasil como objetivo de trabajo–, John Parker –otro funcionario diplomático que fue padre primerizo hace poco tiempo y por esto “agradece” a la Argentina–, Kevin Sullivan y Bruno Quintana, quien, para divertirse un poco, chuzó a José de Mendiguren al preguntarle por qué Sergio Massa venía en picada en las encuestas. Ni la ubicación estratégica de ambos bajo el aire acondicionado evitó que el diputado massista no se acalorara al responderle. También estuvieron Alejandro Macfarlane, Dany Mañas, Marcelo Figueiras y María Laura Leguizamón, Laura Canepa, Tato Lanusse, Emilio Basavilbaso y Cristina Alvarez Rodríguez.
Xeneizes y políticos. Miércoles en la Bombonera, alta concentración de políticos celebró los cinco goles de la “escudería xeneize”: Christian Gribaudo, Juan Carlos Morán, Enzo Pagani (hombre de la casa, además), Fran Quintana, Augusto Rodríguez Larreta con su mujer Julieta, su suegro y su hijo, y también Oscar Moscariello.
Encuentro privado. Este verano, Villa La Angostura reafirmó su condición de lugar premium de veraneo no sólo por una boda que allí se celebró durante tres días de una llamada “it girl” argentina que vive entre París y Nueva York sino, sobre todo, por la estadía prolongada de Máxima y su familia. De a poco, las lenguas de otros veraneantes locales que ubican su base en Cumelen y aledaños se van relajando y así pudo saberse que la reina holandesa tuvo en La Angostura un encuentro informal con Macri. En una época donde hasta los adultos utilizan emoticones, de catalogarse qué impresión se llevó ella con, por ejemplo, algunas de las dos máscaras que representan el ícono “teatro”, sin duda no se quedó con la de la comedia.
Ocho millones. Esta semana, el Senado tuvo su primera sesión y, salvo la acalorada performance de Pino Solanas, quien se puso más que rojo en su afán por querer que gente de YPF participara de la misma quebrando así el protocolo de ese recinto, lo que sorprendió a los kirchneristas fue que los radicales “olvidaran” objetar los blasones o la falta de decoro de Amado Boudou para presidir la sesión como tantas veces –unas seis o siete– lo hicieron durante 2014. Esto motivó que colegas oficialistas bromearan sobre que la posible grieta radical –ayer fue la convención del partido en Gualeguaychú– los tuviera más ocupados y preocupados. Igualmente, uno de ellos les recordó una muletilla que suelen usar varios correligionarios para contraatacar bromas acerca de si el histórico partido terminará siendo una agrupación con historia: “No se olviden de que cada mañana ocho millones de argentinos amanecen gobernados por políticos radicales”. Al parecer, uno de ellos arribó a esa cifra haciendo un cálculo de los intendentes a cargo de sillones provinciales.
¡Y llegó el varón! Muchas emociones encontradas atravesó Mariano Recalde esta semana. Al día siguiente de presentar junto a la Presidenta el nuevo avión de Aerolíneas Argentinas, nació su primer hijo varón; tenía ya dos hijas. Por eso, explicaría a horas del nacimiento y por Twitter, que había colado en su discurso en Ezeiza la frase: “Cada vez que llega un avión, es una celebración para la familia aeronáutica, casi como la llegada de un hijo”. Entusiasmado, continuó: “Y quiso el destino guardarme una emoción más fuerte aun. Tras la llegada del nuevo avión, ¡volví a ser papá!”.
Binacional. Aunque hace un tiempo que no cambia pañales a pesar de ser un padre prolífico y también un hombre con sucesivos matrimonios, quien estrenó babero fue Guillermo Pomi Barriola. El embajador de Uruguay en Argentina –al menos hasta fines de abril próximo– debutó como abuelo. Valentina, la hija que estuvo a cargo de la seguridad del Mundial de Brasil 2014, tuvo a Emilia. Pepe Mujica, su gran amigo, ya le dijo que se está poniendo viejo. Otros amigos políticos lo cargan porque su yerno es nada menos que argentino.