ELOBSERVADOR
Jazz intergaláctico

A treinta años de la partida de la Tierra de Sun Ra

La historia de uno de los músicos más originales que hayan pisado alguna vez este planeta, tal vez llegado desde otro muy lejano.

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Sun Ra. | cedoc

Según la NASA, Saturno no es el único planeta que tiene anillos, pero sí los más bellos. Están hechos de hielo y roca. Allí, un día dura algo más de 10 horas y su año equivale a 29 años en la Tierra. Es el sexto planeta contando desde el Sol y tiene 63 lunas. Hay algo más que los informes de la agencia aeroespacial norteamericana no dicen. Es el único planeta en toda la galaxia que ha engendrado a un músico de jazz: el incomparable Sun Ra.

Oficialmente, nació como Herman Poole Blount en Birmingham (Alabama) en 1914. Fue así llamado en honor a Black Herman, un mago que decía ser “originario de las junglas oscuras de África”. En los años 30, según él ha contado, fue visitado por alienígenas con pequeñas antenas encima de sus ojos y orejas, quienes lo llevaron a Saturno y le impartieron un conocimiento superior al de la raza humana. Antes de regresarlo al planeta Tierra, le instruyeron guardar ese conocimiento en su interior, y solo difundirlo cuando la situación aquí fuese desesperante. Dirá tiempo después a su biógrafo John Szwed: Me enseñaron algunas cosas que cuando parecía que el mundo estaba entrando en un caos total, cuando no había esperanza para nada, entonces podría hablar, pero no hasta entonces. Tras esa singular experiencia, abandonó sus estudios secundarios y se dedicó a la música. Inició su camino tocando en clubes de striptease, en big bands y bajo la estrella del blues.

Género. Se inspiró en las raíces egipcias de la civilización humana y las combinó con la ciencia ficción, dando forma a un género que más adelante se llamaría afrofuturismo. En 1952 Blount adoptó el nombre de Le Sony’r Ra, que trascendió generalmente como Sun Ra, por el Dios egipcio del Sol. Es muy probable que haya creído en la teosofía, corriente esotérica que plantea la existencia de seres espiritualmente elevados en un plano inmaterial, quienes guían a la humanidad por medio de discípulos terráqueos. Según Szwed, tenía un pasaporte que decía Saturno. No tenía fechas de nacimiento. Blount dijo de sí mismo: “Como no me considero uno de los humanos, yo mismo soy un ser espiritual”. Su apego al antiguo Egipto y a las culturas africanas lo asociaron al movimiento nacionalista negro de las décadas de los 60 y 70. En un perfil en The New Yorker, Hua Hsu escribió que Ra comenzó a esbozar una ‘mitología astronegra’, una forma de alinear la historia del antiguo Egipto con una visión de un futuro éxodo humano ‘más allá de las estrellas’”. Comentó Adam Shatz en Slate: “Al igual que la nación del islam, que afirma que Elijah Muhammad está actualmente dando vueltas alrededor de la Tierra en un transbordador espacial, Sun Ra hizo de su visión de la liberación de Saturno la base ideológica de una teología…”.

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Revolución. Pero a él no le concernía demasiado la revolución negra. “No busco la libertad. No busco la igualdad, afirmó. Soy como los pájaros. Ellos cantan. Los que quieren pueden escuchar, los que no, no tienen que hacerlo. Tampoco le preocupaba la suerte del mundo terrenal. Se declaró objetor de conciencia durante la Segunda Guerra Mundial con este alegato: No veo cómo el gobierno o cualquier otra persona podría esperar que acepte ser juzgado por los estándares de una persona normal. Sus admiradores y seguidores estaban convencidos de su origen extraterrestre. Uno de ellos dijo: Al ser del espacio exterior, Sun Ra no tenía miedo ni de los electrones ni de la electricidad, por lo que fue uno de los primeros músicos en la Tierra en usar un teclado eléctrico. En ocasión del cumpleaños 103 de Sun Ra, la cantante y modelo conocida como Solange tuiteó: Estas canciones me ayudaron a superar los últimos años. Feliz día de la llegada a la Tierra @SunRaUniverse. Gracias por tus frecuencias”. Otros músicos se mostraron escépticos. Wayne Coyne de la banda Flaming Lips anotó: “Bueno, él cree que es del espacio exterior…está loco”. Sun Ra insistía, como puede verse en esta confesión hecha al saxofonista tenor Johnny Griffin: “Debo ser de otro lugar porque soy un inadaptado total”.

Cosmos. Sun Ra formó una banda a la que llamó Arkestra (una mezcla de palabras inglesas entre arca y orquesta) con la que recorrió el mundo. Sus miembros vestían ropas con una estética antigua y futurista a la vez. A sus instrumentos los apodó órgano tonal cósmico, melófono espacial-dimensional” y “arpa solar”. Los nombres de sus discos están saturados de referencias cósmicas: Super-Sonic Jazz, The Heliocentric Worlds of Sun Ra, Interstellar Low Ways, Cosmic Times for Mental Therapy y To Those of Earth… And Other Worlds, por citar algunos. Ídem varios de sus temas: Omniverse, Space Loneliness, Calling Planet, Love in Outer Space y We Travel the Spaceways, entre muchos otros. 

Las ilustraciones de los álbumes fueron igualmente estrafalarias, repletas de iconografía espacial. Una portada lo relaciona con curiosos universales como Da Vinci, Copérnico, Galileo y Pitágoras. Sus composiciones se movieron entre el free jazz, space music, boogie-woogie, swing, fusión y covers –fieles o caprichosos– de temas del mundo de Disney, George Gershwin, Fletcher Henderson, Harold Arlen y otros. 

En una de sus fases, Sun Ra abrazó un estilo que alternaba entre visiones encantadas y etéreas del espacio profundo y versiones aturdidas y dementes del jazz de los años 30 y 40”, observó Hsu. 

Asceta insomne. Fue un asceta que supuestamente se privó del alcohol, las drogas, el sexo y aun del sueño. Sun Ra era, para la gente que no conocía a Sonny, un insomne, dijo el saxofonista de la Arkestra Knoel Scott. No dormía. Tal vez dos horas. Exigía análogo comportamiento de los integrantes de su banda. Vivían en una comuna y solía hacerlos ensayar o escuchar una disertación sobre el antiguo Egipto a cualquier hora del día o de la noche. Su ladero Marshall Allen admitió: Dedicas la mayor parte de tu tiempo a la música las 24 horas del día. Algunos se refirieron a este estilo de vida medio en broma (o no tanto) como la cárcel de Ra. No obstante, permanecieron fieles al líder. Comentó Shatz: “Los hombres de Sun Ra creían en el mito de los orígenes de su líder y, como él, esperaban ser rescatados de la Tierra por naves extraterrestres. Según Art Blakey, el saxofonista de la Arkestra John Gilmore a menudo se jactaba de sus ‘fans en Marte o Júpiter’”. 

La industria de la música y la sociedad en general no lo descartaron a él como un amo de secta chiflado ni a sus creencias como una estratagema de marketing. En 1969, Esquire le pidió una sugerencia para Neil Armstrong previo a su viaje a la luna y él le ofreció un poema. Fue portada de Rolling Stone, enseñó en la Universidad Berkeley, tocó en Saturday Night Live y dio conciertos por todo el mundo. Se han editado sus poemas, se han hecho películas sobre su persona y se han publicado sus discos; alrededor de doscientos. El ilustrador Chris Raschka le dedicó un libro infantil. El periodista Irwin Chusid y el coleccionista Chris Reisman editaron un libro de arte sobre las portadas de sus discos. 

Músicos. Y lo más llamativo, críticos de música parecen haber absorbido su aura galáctica. 

Acotó Andy Beta en 2015 en la revista Pitchfork: “Mientras estaba marginado dentro del mundo del jazz, la influencia de Ra se transmitió más allá de los límites del espacio-tiempo”. Al recordar dos años atrás el icónico viaje de la Arkestra a Egipto en 1971 en una reseña en The Nation, Marcus J. Moore se maravilló ante un áspero solo de órgano de siete minutos, que evoca la sensación de agujas en la piel o de ser probado en una nave extraterrestre y Sun Ra manipula el sintetizador Moog, produciendo estática y traqueteo para transmitir un viaje cósmico de ocho minutos. 

En 2011, la banda de Ra dio un concierto en Israel. El crítico de música del diario Haaretz, Ben Shalev, escribió: “No hay forma de describir lo que sucedió en el Barby Club de Tel Aviv el sábado por la noche a cualquiera que cometió el grave error de no asistir. Tras un comentario elogioso, concluyó: Al escribir sobre Sun Ra, está bien abstenerse de mencionar la palabra ‘muerte’ y señalar en su lugar que ‘se fue del planeta Tierra’. A veces esto parece el intento del escritor de sonar genial. Pero después del show del sábado, es realmente difícil decir que murió... ¡Sun Ra vive!”

¿Un músico-poeta? ¿Un artista-filósofo? ¿Un mensajero de otro mundo? Se preguntó el productor y escritor Douglas Detrick sobre Ra, quien dejó de vivir entre los terrícolas un mayo como éste, tres décadas atrás. Quizás la única manera de averiguarlo sea por medio de la inmersión en su vasta, cautivante, estridente, rara, abrasadora y ecléctica música. The Sun Ra Arkestra sigue activa y su mailing list –apropiadamente– se denomina “News From Saturn”. Puede que me inscriba.

*Profesor universitario argentino. Autor de cuatro libros de historia y una biografía novelada. Jazz aficionado.