Un viejo maestro de la cocina francesa decía que no se podía comer platos auténticamente de su país fuera de la frontera: el agua es diferente, la sal, el aceite, la manteca... Eso es sólo parcialmente cierto: la comunidad italiana creó a lo largo de los años una nueva cultura. Cosas que son de los dos países al mismo tiempo.
De hecho, sin alejarnos de la gastronomía, existe una cocina italoargentina, que es peninsular y argentinísima. En Buenos Aires hay, por ejemplo, más pizzerías que parrillas. Y la pizza que se puede comer entre nosotros es muy diferente, por cierto, de la que se consume en Milán o Nápoles. Este es un símbolo de una integración que llega a otros rubros. Y así como los jóvenes españoles hacen su encuentro en estos días, la semana que viene la asociación Argentanos realizará también su evento: “Dos países, un pueblo. Argentina-Italia. Una integración natural y estratégica”, el próximo jueves 28 de mayo a las 14 en las instalaciones del Círculo Italiano de Buenos Aires, Libertad 1264, CABA.
Aquí se convocó a empresas e instituciones, que expondrán sobre temas afines al eje del evento, tales como pymes, seguridad jurídica, distritos industriales, turismo y transporte, entre otros. Habrá también mensajes desde Italia.
Los presidenciables de los partidos políticos con mayores chances electorales anunciaron que también darán su mensaje: lo que prueba es que la integración con los ejes comunitarios es también parte de la agenda actual de la Argentina. Y un eje constitutivo de la economía y de la sociedad. El pasado que se transforma en futuro.