Según la investigación “Global Kids Online 2015-2016” (www.globalkidsonline.net), la mayoría de los chicos y chicas, a nivel global, dicen que aprenden algo nuevo en línea al menos cada semana, aunque muchos todavía enfrentan riesgos.
Relevamiento. El pasado miércoles 2 de noviembre, en la sede de Unicef en Nueva York, fue presentada la investigación “Global Kids Online 2015-2016”, en base a los estudios piloto realizados en Argentina, Filipinas, Serbia y Sudáfrica durante 2015 y 2016, utilizando un nuevo conjunto de herramientas de investigación para la población de entre 9 y 17 años. El estudio, basado en comparaciones directas entre países, permite observar patrones en prácticas y políticas que requieren esfuerzos concertados de múltiples partes tanto a nivel nacional como mundial.
Los hallazgos del estudio muestran que los niños, niñas y adolescentes están ampliando sus oportunidades en línea incluyendo nuevos aprendizajes, información sobre salud, conexiones sociales y habilidades digitales. Sin embargo, cuanto más tiempo pasan en línea más riesgos enfrentan. Los resultados también sugieren que muchas familias carecen de las competencias digitales para acompañar a sus hijos en internet.
Resultados. En promedio, ocho de cada diez jóvenes encuestados accedieron a internet a través de teléfonos inteligentes. El acceso móvil puede ser positivo en términos de flexibilidad de uso, accesibilidad, instantaneidad y personalización. Pero también puede reducir la oportunidad de las familias de acompañar a los chicos mientras exploran internet.
Otros hallazgos del relevamiento muestran que la mayoría de los chicos y chicas valoran internet como una herramienta de aprendizaje. La mayor parte afirmó que aprende algo nuevo en línea al menos cada semana. En Argentina, más que en los otros países, es común buscar información sobre sus estudios, o por ejemplo aprender a través de tutoriales en YouTube. No obstante, según el estudio los adolescentes rara vez utilizan internet en la escuela o reciben orientación de sus maestros sobre cómo usar la web. A su vez, las familias quieren ayudar a sus hijos pero sienten que no saben lo suficiente como para guiarlos.
“Global Kids Online” también muestra que entre un cuarto y un tercio de los niños informó que usa internet para hablar con personas de diferentes orígenes por lo menos mensualmente, una forma útil para familiarizarse más con otros países y culturas. Asimismo, el estudio muestra que el 19% (en Filipinas), el 27% (en Argentina) y el 41% de los niños (en Serbia y Sudáfrica) han estado en contacto en línea con alguien que no conocen en persona, particularmente los adolescentes mayores y los varones. Al mismo tiempo, la mayoría de los chicos dicen que no se encuentran cara a cara con personas que conocieron en línea. No obstante, la mitad de los niños de Sudáfrica fue a una reunión de este tipo, un tercio en Argentina y Serbia y menos en Filipinas. Si bien no es una conducta mayoritaria, estas actividades plantean claramente un riesgo que merece atención y sensibilización, idealmente sin restringir en exceso la oportunidad de los niños de explorar el mundo en línea.
En relación con las experiencias negativas, tres cuartas partes de los niños en Argentina, en comparación con un tercio o menos de los niños en los otros países, dijeron que algo les había molestado en línea. Los niños más pequeños son los menos propensos a reportar experiencias problemáticas en internet.
En algunos países, hasta dos tercios de los encuestados ha visto contenido sexual en línea y otros han reportado experiencias dañinas o perjudiciales. Las principales causas de esas experiencias negativas según los encuestados fueron las estafas por internet o el acoso. El número de niños que reportaron experiencias inquietantes varió de un quinto en Sudáfrica a tres cuartas partes en Argentina.
Ciberbullying. La investigación cualitativa confirmó la compleja interrelación entre las agresiones en línea y fuera de línea. El estudio muestra que los niños experimentaron tanto la transición del acoso tradicional al acoso en internet como el surgimiento de nuevas formas de agresión. También se observa cierta superposición e intercambio de roles entre el agredido y el agresor. Los niños que pasan más tiempo en línea también tienen más probabilidades de estar involucrados en ambos tipos de agresión.
Las habilidades vinculadas a la seguridad, tales como cambiar la configuración de privacidad, bloquear a una persona o saber qué información se debe o no compartir son competencias más presentes en los adolescentes de mayor edad (15-17) en todos los países.
Cuando los chicos y chicas experimentan algo inquietante en línea, en su mayoría recurren a un amigo, seguido por un padre, madre o cuidador. Los hermanos y otros adultos de confianza también son personas a las que se recurre, aunque en menos de una cuarta parte de los casos.
Si bien los maestros son referentes importantes en la vida de los niños, que pueden apoyar su aprendizaje y maximizar las oportunidades en línea, solo uno de cada diez acude a un docente ante una situación problemática en internet. Adicionalmente, entre la mitad (Argentina, Filipinas) y dos tercios (Serbia, Sudáfrica) de los profesores no han hecho ninguna regla acerca de cómo los niños pueden usar internet en la escuela.
En relación con los contenidos, los chicos argentinos piensan que “hay un montón de cosas en internet que son buenas para ellos”. En Sudáfrica, los niños tienden a ser más pesimistas, y en Serbia y Filipinas son ambivalentes. A la hora de discutir sobre política, son pocos (17%-32%) los que eligen internet como un espacio privilegiado. Asimismo, también es pequeña la proporción de chicos que crean su propio contenido en línea.
Argentina. La investigación se realizó entre agosto de 2015 y mayo de 2016, e indagó sobre el acceso a internet, las prácticas en internet en general y en las redes sociales en particular, los riesgos y vulnerabilidades, y el entorno social.
Los resultados en relación con el acceso mostraron la reproducción de las brechas sociales entre los distintos niveles socioeconómicos: si bien en promedio los adolescentes acceden a internet por primera vez a los 11 años (con tendencia al inicio cada vez más temprano), los de nivel socioeconómico alto acceden antes que los de nivel socioeconómico medio y bajo.
En el mismo sentido, el dispositivo más usado para navegar es el teléfono móvil (nueve de cada diez), seguido por las computadoras de escritorio y portátil (59% en cada caso), pero en el uso de tabletas existen 34 puntos de diferencia entre el nivel socioeconómico alto y el bajo.
Al indagar sobre dónde se conectan, se identificó que los lugares más elegidos fueron la casa propia o la casa de familiares o amigos (lo que habla de las posibilidades de acompañamiento que existen), y con respecto al uso de internet en movimiento, el grupo de nivel socioeconómico alto lo hace más que los otros grupos.
En cuanto a las experiencias negativas al usar internet, el 78% de los adolescentes atravesó vivencias de este tipo alguna vez en el último año. La experiencia negativa que más se mencionó fue la de recibir mensajes desagradables e hirientes (33%). Como accionar ante este tipo de experiencias, la mayoría de los adolescentes bloqueó a la persona que generó la experiencia negativa (65%), y a la hora de buscar ayuda, la persona más elegida –antes que adultos de referencia– fue un par del adolescente (56%).
Con respecto al conocimiento de la familia sobre los hábitos de los adolescentes en internet, aunque el lugar más elegido para conectarse sea la propia casa, el 68% de los chicos y chicas manifestó que su familia conoce entre “más o menos” y “poco o nada”.
Los desafíos a futuro. Teniendo en cuenta que a nivel global uno de cada tres usuarios de internet es un chico, cuando se discuten políticas relacionadas con el uso de internet es esencial que las opiniones de los niños, niñas y adolescentes sean tomadas en cuenta. La investigación con niños y jóvenes permite crear un retrato más realista de las oportunidades significativas, así como de los riesgos.
A nivel nacional, específicamente teniendo en cuenta la propuesta de una ley de comunicaciones convergentes, la investigación sobre el uso de internet por parte de niños y niñas constituye un aporte central para el debate. Al mismo tiempo, consideramos fundamental impulsar una política inclusiva y multisectorial de alfabetización digital y mediática. Básicamente, una herramienta indispensable para fomentar el acceso equitativo a la información y al conocimiento, que impulse un uso responsable, seguro y efectivo de los medios y las tecnologías de la información y la comunicación, y que ayude a que los chicos puedan evaluar críticamente los contenidos y tomar así decisiones fundadas como usuarios y productores de información y contenido mediático.
*Especialista en Comunicación, Unicef Argentina.