“La violencia digital es un tipo de violencia de género, y muchas mujeres la desconocen o no la ven porque se la naturaliza. Es una violencia que es un reflejo del mundo analógico y con un vacío legal en el país”, asegura Marina Benítez Demtschenko, presidenta de la Fundación Activismo Feminista Digital. Es que tanto las mujeres en general como el feminismo en redes sociales se convirtieron en un foco de trolling, casi preferencial, y “ni hablar de las feministas como representantes, individualmente”.
Si bien hay muchísimas manifestaciones de esta violencia, como persecución virtual, acecho, llamadas incesantes anónimas o mensajes lascivos de índole sexual en sus redes sociales, desde las asociaciones defensoras de los derechos de las mujeres en ámbitos digitales, se plantea que principalmente hay tres vertientes más visibles de esta clase de accionar: la difusión de material íntimo, el acoso digital y el hackeo de redes sociales.
“Este último, si bien puede estar comprendido dentro de la ley de acceso indebido de sistemas informáticos del Código Penal, no es unánime en el tratamiento de los tribunales. Hackear las cuentas de las mujeres genera un acceso directo a los contactos de la víctima, los chats y sus vinculaciones. Entonces, que el violento tome conocimiento lo hace conocedor y controlador de lo que la mujer mantiene en su esfera de reserva. Más la contrapartida de violencia psicológica por lo que hace la mujer en su esfera digital. Este año tuvimos muchísimas más consultas por acoso digital que por difusión de material íntimo, que el año pasado fue alto”, relatan desde HackFem.
Desde esta organización, que promociona los derechos de las mujeres en internet y las nuevas tecnologías, promueven un proyecto de ley para la penalización de algunas conductas que aún no son delito en internet, como la difusión no consentida de material íntimo digital. “También estamos trabajando en la modificación de la ley integral de protección hacia las mujeres en Argentina, que es la 26.485, y la previsión de la violencia”.
Machitrolls. La campaña Machismo es Censura, que se realizó el año pasado, es una muestra de lo que se vive a diario en internet.
La iniciativa, a través de capturas de pantalla de las agresiones, puso en voz masculina lo que se suele escribir a través de trolls.
“Esos comentarios que parecen nimios, cuando se tornan en voz son muy agresivos y violentos. Intentamos tornar en cifras la violencia digital. Pero es muy difícil ya que hay un número muy bajo de denuncias, y eso es preocupante”, aseguran desde la Fundación.
Libertad de expresión. “Amparándose en el ejercicio de la libertad de expresión, salen solos o en patota a batallar contra cada postura, opinión, tema o planteo que se hace, aun en los casos en que lo hacen contra contenidos realmente muy interesantes. Parece entonces que estas cuentas no transitan fluidamente por las plataformas virtuales, aunque no hay dudas de que son parte de la comunidad digital. Todo en su existencia radica en una cuestión básica: imponer sus posiciones; el fundamento es desacreditar, voltear, problematizar, generar malestar” explican desde HackFem. Agregan “los trolls contra nosotras son especialmente peligrosos: al descrédito de la postura que sostenemos, le adicionan inmediatamente el ataque a nuestras calidades personales, a nuestra imagen, a nuestro trabajo diario y a cualesquiera sean nuestras luchas. ¿Qué pasa si una feminista es acosada por trolls? Rápidamente nuestra guardia se alza, y acto seguido nuestra reacción es el temor. No es simplemente una molestia para nosotras. Es una cuestión mucho más profunda, ya que los trolls no son solo cuentas creadas para pulular en oposición a nuestras voces sino que su impacto en nosotras es, sin más, la reminiscencia de la violencia que sufrimos desde siempre por expresar nuestras ideas y sostener amplios frentes de batalla contra el machismo. Incluso fuera del mundo digital”, dicen.
Un estudio. En noviembre de 2016, Hackfem realizó una encuesta sobre las víctimas de alguna ofensa grave en internet: casi un 54% respondió que fue víctima de violencia online, particularmente de injurias y humillaciones, y de ese 54%, el 92% fueron mujeres. También en mayor porcentaje eran mujeres.
La dificultad de dar números asertivos radica en que la mayor parte de las encuestadas reconoció padecer o haber padecido más de una de esas conductas digitales de corte altamente dañoso, por lo que se superpone la selección de las opciones y no es unívoca la solución.
¿Quién es el responsable? Las especialistas aseguran que si bien gigantes de internet como Facebook y Twitter tienen obligaciones legales limitadas, el Estado podría hacer algo para que actúen.
Las políticas de las redes sociales cambian todo el tiempo, pero a fines del año pasado tanto Twitter como Reddit (ver recuadro) y Facebook publicaron sus nuevas políticas. Twitter tiene filtros antiabuso que bloquean las notificaciones de ciertos tipos de cuentas que no están verificadas con un número de teléfono o dirección de correo electrónico y congelan temporalmente las cuentas donde sus sistemas de aprendizaje automático detectan señales de abuso.
Las figuras públicas a menudo obtienen herramientas más fuertes que la persona promedio, con sistemas de filtración más avanzados. El “filtro de calidad” de Twitter, disponible solo para cuentas “verificadas” de cifras públicas, es una versión más agresiva de los filtros antiabuso, por ejemplo.
Caso modelo. Reddit es una web donde los usuarios publican contenidos y enlaces a webs externas que les resultan interesantes. Hace un tiempo esta red anunció una política contra el acoso en un intento de frenar esta ola cibernética. El foro de discusión en línea anunció estar “descontento con el comportamiento de acoso” y comenzó a revisar casos individuales y bloquear usuarios que se comporten de manera indebida. De esta manera, Reddit está promulgando una política contra el acoso al mismo tiempo que intenta mantener sus raíces como un lugar para la libre expresión.
“Hemos visto muchas conversaciones convertirse en ataques contra personas”, sostuvo la compañía de San Francisco, y agregó que también hay más y diferentes tipos de acoso que en el pasado.
La directora general interina de Reddit es Ellen Pao, quien perdió una demanda de discriminación de género contra una prominente firma de capital de riesgo. Su caso puso en foco los problemas de desequilibrio de género y las condiciones de trabajo que viven las mujeres en Silicon Valley.
Un caso concreto
El 8 de junio, una adolescente de 19 años denunció ante la línea gratuita 0800-33-fiscal del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ser víctima de amenazas. La joven dijo que hace unos meses había conocido a un hombre por redes sociales, de quien solo sabía el nombre de pila y que vivía en San Fernando. Le había enviado mensajes vía WhatsApp y vía Sarahah Messages en los cuales la amenazaba. La Fiscalía N° 16 tomó contacto con ella y concretó una entrevista para el martes 12 del mismo mes. Una vez en la fiscalía, la víctima relató que había recibido muchos mensajes vía WhatsApp, que la insultaba y la agredía mediante amenazas. Como consecuencia de esos mensajes, ella decidió bloquearlo de todas las redes sociales, pero él encontró la manera de seguir intimidándola a través del servicio de mensajes Sarahah Messages, aplicación a la que le mandó mensajes agresivos que forman parte del objeto procesal de la investigación llevada a cabo por la fiscalía. A raíz de esta presentación, la fiscalía dispuso la entrega de un botón de pánico y se pidió la titularidad del abonado. Así se accedió al nombre completo, número de documento y domicilio del agresor. Con esa información se consultó la base de datos Nosis, que arrojó que el domicilio de este se encontraba ubicado en la misma calle pero a una altura diferente de la obtenida primigeniamente. A su vez, se solicitó a Renaper para que brinde datos filiatorios del denunciado y de sus progenitores. Además, la foto del informe del Renaper comparada con las fotos de perfil de las redes sociales que usaba el imputado parecía indicar que era la misma persona. Una vez que se accedió a esos datos, se solicitó al Registro de la Propiedad del Automotor que informe si el imputado o alguno de sus padres registraban autos a su nombre. De ese modo, a partir de la investigación se logró determinar la identidad del imputado. Determinado el domicilio donde vivía el agresor, la fiscalía pidió al titular del Juzgado N° 19 que libre un exhorto a la Judicatura con jurisdicción en el domicilio del imputado para que se procediera al allanamiento del mismo. Finalmente, personal de la DDI de San Isidro procedió al allanamiento de la vivienda, encontró al agresor y secuestró teléfonos celulares y un CPU. Así se logró determinar la identidad del agresor y secuestrar la prueba necesaria para formularle cargos por el delito de amenazas.
Si el acoso es en el lugar de trabajo
Siempre lo que recomendamos a los instituciones es que se haga un análisis propio de cada organización a ver qué está pasando respecto del tema género y cómo lo perciben los empleados. Hay cuestiones que muchas veces se naturalizan, más allá de los reclamos de licencias por paternidad, el softlanding de las mujeres después de su maternidad o cómo se tratan temas relacionados con la diversidad, que tienen que ver con qué pasa adentro de cada institución. En general observamos liderazgos muy violentos, y a veces se dan situaciones que pareciera que no son delito o que las mujeres tienen vergüenza de sacar a la luz. Pero cuando hay una agresión vía redes, amenazas de favores sexuales vía mail u otra clase de acosos digitales a nivel laboral esto debería estar cubierto por el código de conducta o ética, o por un protocolo de acoso y maltrato, si es que existiese. Lo ideal sería que todas las empresas lo tuvieran. Muchas veces suele pasar que los proveedores externos a la empresa tienen tratos desubicados. Pero en estos casos, los mensajes y mails sirven de prueba, y según los protocolos pueden terminar en sanciones, suspensiones, despidos o sesiones terapéuticas. Esto debe aplicarse tanto si es cara a cara, es decir offline, como si es online, vía mails o mensajes.
*Georgina Sticco. Cofundadora de Grow Género y Trabajo, consultora que investiga, sensibiliza, capacita y asesora a organizaciones en el abordaje integral de la temática de género.