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Opinión

Debemos actualizar la ley antidiscriminatoria

El ataque que sufrió el gran rabino de la AMIA, Gabriel Davidovich, nos recuerda el problema del antisemitismo que lamentablemente afecta a nuestro país y a una parte importante del mundo.

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En cinco países diferentes y en pocos días, los judíos fueron víctimas de hostigamientos y agresiones de distinta gravedad. | AI.

El ataque que sufrió el gran rabino de la AMIA, Gabriel Davidovich, nos recuerda el problema del antisemitismo que lamentablemente afecta a nuestro país y a una parte importante del mundo. Porque si bien el motivo de la agresión está todavía en investigación, los delincuentes dijeron saber quién era y se lo gritaron antes de golpearlo brutalmente.

En los últimos años el antisemitismo se ha incrementado, como muestran los informes que la DAIA elabora desde 1998 para que la sociedad no lo desconozca. Hay una clara banalización y negación de la Shoa, junto a un discurso de odio.

Si queremos una sociedad sin antisemitismo es necesario que las conductas discriminatorias sean sancionadas. Para eso debemos actualizar la ley antidiscriminatoria actual, como propuse en un proyecto que presenté en la Cámara de Diputados.

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También es importante que quede claro que en este país no hay lugar para la impunidad ante ataques terroristas que, más allá de ser atentados contra toda la sociedad argentina, tuvieron un componente profundamente antisemita, como las voladuras de la Embajada de Israel y de la AMIA.

El camino es lograr juzgar a los acusados de concretar esos atentados ante la Justicia argentina. La regulación del instituto del juicio en ausencia puede ser un instrumento necesario para lograrlo.

Para luchar contra el antisemitismo es clave la decisión política. Cuando no la hay, aparecen declaraciones como las de quienes dicen abogar por derechos progresistas y que, aunque no se declaran antisemitas, se confiesan abiertamente antisionistas, es decir en contra del Estado de Israel.

Parece extraña esta diferenciación. No he visto a nadie calificarse como antialemán, antiboliviano o antiparaguayo porque no coincida con las políticas de esos países.

 Por eso estoy convencido de que aquel que se dice antisionista en realidad está escondiendo su antisemitismo.

Estamos atravesando una transformación cultural. En este nuevo paradigma, los argentinos debemos ponerle un freno al antisemitismo, como a cualquier otra forma de discriminación. No debemos detenernos hasta lograrlo, siempre con Memoria y buscando Justicia.

*Diputado nacional.