El caso del pediatra del hospital Garrahan, Ricardo Ru-sso, acusado de producción y distribución de pornografía infantil, no es el único. En 2010 Guillermo Gallón Castrillón, un reconocido cirujano pediátrico colombiano y líder de un grupo scout, era uno de los principales proveedores de pornografía infantil en los círculos de pedofilia. El material que aportaba estaba no solo relacionado a las víctimas del turismo sexual infantil que solía hacer en países como Indonesia, India o Tailandia. Muchas de las filmaciones estaban hechas en hoteles con menores, y como es habitual en el material pornográfico infantil, los agresores suelen blurearse u ocultar su rostro con algún sistema. Cobran relevancia en estos casos los sistemas de identificación como nevos, lunares, cicatrices, tatuajes, máculas, biometría de la voz y sistemas informáticos de avanzada que a veces logran eliminar esos métodos de ocultación del rostro salvo que sean materializados y no informáticos. Con esta tecnología y trabajo investigativo junto a España, Brasil, Australia, Alemania, Reino Unido y Colombia, fue que interpol logró dar con Gallón Castrillón y detenerlo cuando volvía de uno de esos viajes. Dentro del material recolectado, por supuesto, había fotografías tomadas con la excusa de ser usadas con fines científicos en congresos o actos académicos. Aprovechando la proximidad y total sumisión de sus pequeños pacientes con anuencia de sus padres, engañándolos y abusando de la confianza que le depositaron, con el mejor camuflaje: el de custodio de la salud de sus hijos, así como sería el modus operandi del pediatra del Garrahan. Tanta confianza habría que ni siquiera fue denunciado por algún adulto basándose en los dichos de su hija o hijo durante la consulta.
Espionaje. La distribución de pornografía infantil no es nueva, sino que cambió de método y hoy es informático y globalizado. En 1974 en Reino Unido surgió el Paedophile Information Exchange (intercambio de información de pedofilia), pudo funcionar 10 años abiertamente con la excusa o engaño, era que se trataba de un movimiento de amantes de los niños, este grupo llegó a estar afiliado al Consejo Nacional de Libertades Civiles. Pero buscaban la baja de edad de consentimiento para tener relaciones sexuales a 5 años, a través de correo postal distribuían escritos, intercambiaban fotografías de abusos, de desnudez o de poses lascivas de menores, e información respecto a cómo seducirlos y dónde encontrarlos. Dentro de sus activistas había hasta ex miembros de la KGB. Con este falso y engañoso objetivo se unieron a minorías que tenían objetivos reales de búsqueda de igualdad de derechos como los grupos feministas y homosexuales, pero con el tiempo, las verdaderas intenciones del P.I.E. fueron descubiertas y repudiadas públicamente por sus ex aliados.
Los pedófilos a diferencia de los pederastas no han pasado aún al acto, algunos no desean hacerlo y poseen una inmensa colección de material orientado a distintas temáticas, a veces son millones de fotos, miles de videos encriptados en discos rígidos para que no sean detectados y que utilizan con fines masturbatorios, y cuyo consumo colabora con la explotación sexual infantil. Esto es algo que a los que hemos colaborado durante investigaciones criminales de estos casos, nos llama la atención luego con el resultado de los allanamientos, en la mayoría de ellos es apabullante la cantidad de material que descargan y guardan, es decir, el coleccionismo aparecería como una compulsión que aparece como absurda. Incluso en esta colección los menores no están en posiciones lascivas o en actos sexuales, a veces se trata de fotos de desnudez totalmente inocentes como por ejemplo durante un baño, y donde el sentido lascivo se lo pone el receptor. Hoy en día existen emblemas de reconocimiento que fueron difundidos por el F.B.I., así como palabras clave que identifican y especifican, incluso en la internet superficial en sitios como e-mule, Youtube, etc., el tipo de material que se posee para vender o intercambiar, la mayoría utiliza las iniciales de C.P. (Child Porn) entre otras distorsiones en castellano que no es conveniente difundir públicamente porque serían contraproducentes para investigaciones en curso. Existen foros de discusión, varios fueron derribados o craqueados en distintas operaciones contra la pornografía infantil del grupo Annonymous, algunos de estos foros o asociaciones como Nambla o Martin lo que buscan es normalizar las relaciones sexuales con menores porque, según ellos, las niñas y niños son seres sexuales y por lo tanto, hay que respetarles ese derecho. Ese es el razonamiento grupal, aberrante y peligroso que les permite abusar de la inocencia o el temor de sus víctimas.
*Diplomada en Criminología y Criminalística. Especializada en Técnica de Perfilación Criminal.