Si diéramos crédito a la veracidad diagnóstica de Adrián Martínez Moreira como presunta “psicosis paranoide”, pensaríamos que se trata de una construcción delirante de Matías Ezequiel López. Aunque también podríamos afirmar que es cierto que Matías Ezequiel López es… Adrián Martínez Moreira. En el célebre y paradigmático análisis del caso Schreber (1911), Freud por primera vez presenta una función “positiva” en el delirio de los “locos”: “Lo que nosotros consideramos la producción patológica, es decir la formación delirante, es en realidad, el intento de restablecimiento y reconstrucción”. Todavía sería prematuro aventurarnos a afirmar si la autopresentación del sujeto como “el fundador de Hijos” (en Paraguay) podría oficiar como una “metáfora delirante” (Lacan dixt) a ese lugar simbólico del Padre declarado “vacante” por el psicoanálisis en las personalidades psicóticas. En las psicosis el delirio no se reduce a un signo de
“enfermedad” sino que además se despliega como un intento de restitución en el vínculo social y, a su vez, una pieza “a pulir” en la práctica terapéutica, orientada a evitar que su carácter “alocado” ponga en riesgo a su creador y al entorno social. ¿Cómo saber por ahora si Adrián Martínez Moreira es en realidad Matías Ezequiel López?
Psicoanalista. Profesional del Hospital Borda.