Alka Pradham es una abogada estadounidense muy expresiva. Gesticula mientras habla y se apasiona con cada palabra. Su trabajo demanda fortaleza: es asesora en derechos humanos en las comisiones militares de los presos de la Bahía de Guantánamo, la cárcel de alta seguridad creada en 2002, emplazada en Cuba, luego de los atentados del 11 de septiembre.
Ella representó a varios de los prisioneros en hábeas corpus y otros reclamos por las condiciones de detención. Su interés humanitario en el derecho internacional la persigue desde que estaba en la Escuela de Derecho de la Universidad de Columbia. Quizá se deba a sus abuelos: uno trabajó treinta años para las Naciones Unidas en Ginebra, donde ella creció, y el otro era abogado en un pequeño pueblo de India. O a su padre, un reconocido astrofísico que siempre le dijo que debía ser abogada porque “discutía mucho”. Vino hace algunos días al país a una actividad organizada por la Facultad de Derecho de la UBA y porque “tanto en Argentina como en Latinoamérica hay muchos expertos en derechos humanos que tienen experiencia trabajando con diversas normativas internacionales”.
—¿De qué tratan los juicios de las comisiones militares en la Bahía de Guantánamo?
—Estamos involucrados como defensores públicos federales en el juicio criminal más grande de la historia de Estados Unidos. Esto lo digo por los recursos que se gastan, el tiempo que llevamos esperando saber qué va a pasar (cinco años) y porque las comisiones militares violaron los debidos procesos que involucraron a víctimas de tortura de la CIA.
—¿Le es fácil acceder a la información de sus clientes?
— No, el gobierno está tratando de mantener todo bajo los secretos de la comisión. No quieren compartir conmigo la evidencia que quieren usar contra mis clientes. Entonces estamos peleando por cada porción de evidencia.
—¿Cómo está la situación de Guantánamo actualmente?
— Hay 76 presos y 34 están por salir en libertad (15 lo hicieron luego de esta entrevista), 32 están esperando su veredicto, y 10 están esperando un juicio, aunque estimo que jamás se los va a liberar porque los pueden mantener indefinidamente presos bajo las leyes de la guerra. A lo largo de la historia, 779 fueron liberados. Básicamente hay seis agencias del gobierno involucradas, incluidas la CIA y el FBI. Ellos tienen que decidir por unanimidad cada medida que se toma, y es totalmente imposible.
—¿Por qué cree que sigue abierta la prisión?
—Porque EE.UU. era un lugar muy oscuro después del 11 de septiembre. Soy muy cínica, y pienso que fue creada para hacer creer que estaban haciendo algo a favor de la seguridad nacional y vengándose, en cierto punto, del mundo musulmán.
—¿Cree que los medios refuerzan esta imagen?
—Claro. Nosotros descubrimos que en la película Zero Dark Thirty (en español, La hora más oscura) sobre la muerte de Bin Laden a uno de los personajes lo llaman Ahmad, ¿por qué? La directora del film trabajó con la CIA para obtener información. Hasta hoy Hollywood tuvo más información que nosotros. También descubrimos que utilizan mecanismos de tortura de la serie 24. Tenemos transcripciones de las conversaciones entre los guardias que dicen “copiemos a Jack Bauer”.
—¿Quiénes son sus clientes?
—Ahora represento a uno y antes representé a once. Uno de mis clientes fue Ammar Al Baluchi, quien fue capturado en Boston en 2003 y estuvo bajo custodia de la CIA por tres años. Durante este tiempo, nadie supo dónde estaba y fue víctima de tortura: le pusieron una toalla alrededor del cuello y lo golpearon contra la pared hasta que sangrara. Terminó con una herida que le produjo daño cerebral.
—En otras entrevistas usted dijo que la mayoría de estos hombres no estuvieron involucrados en hostilidades contra Estados Unidos.
—La mayoría son inocentes y jamás estuvieron involucrados en actos terroristas. Algunos eran estudiantes en Pakistán. Esto sucede porque Estados Unidos ofrecía dinero por cualquier miembro de Al Qaeda que fuera enviado a EE.UU. por autoridades locales, y como la policía de Pakistán está en contra de los árabes, los entregó.
—¿Cómo es el proceso de reinserción social?
—Una vez que se logra la liberación, hay que encontrar lugares adonde puedan ir. La Justicia de Estados Unidos jamás va a decir que son inocentes, más allá de que lo sean, sino que los liberan porque ya no son considerados combatientes. Necesitan muchísima contención que no se les da.
—Ex detenidos trasladados a Uruguay fueron denunciados por violencia de género.
—No eran mis clientes, pero estábamos muy contentos de que iniciaran una nueva vida. El problema es que estos hombres tienen otra cultura, otro idioma. Esa no es una excusa. La cuestión es que necesitan ayuda terapéutica constante.
El reo que apareció en Venezuela
El sirio Jihad Ahmad Diyab es uno de los seis ex prisioneros de Guantánamo que llegó en 2014 a Uruguay, abandonó ese país en junio de este año y reapareció unas semanas después en Venezuela. “No es un terrorista, es un hombre decente que sufrió muchas torturas en la prisión y no podía caminar cuando salió de Guantánamo. Necesitaba una silla de ruedas”.
Según la abogada defensora, las fotos que se publican en los medios estadounidenses donde se habla mal de él son recortadas para que no se vea la silla de ruedas.
“El se hace llamar Abul Bail por un hijo que murió tratando de abandonar Siria, rumbo a Turquía, como refugiado. El está enojado. Es un hombre de familia sin su familia que necesita continua asistencia, muchos recursos. Tratamiento mental, ayuda con el idioma. Estar en Guantánamo tanto tiempo les hizo generar otra conducta: luchar y pelear para todo lo que quieran conseguir. Eso es algo difícil de quitar. Ahora está en Venezuela. Quiere reunirse con su familia. Lleva 15 años sin verlos y está incomunicado. Cree que próximamente estará en Siria con su familia, pero eso no es posible. Su familia ya ni está ahí”.
¿Se acerca el fin de Guantánamo?
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró el jueves pasado que espera que la prisión militar esté cerrada antes del fin del mandato del presidente Barack Obama, en enero. Sin embargo, Alka Pradham
no cree lo mismo. "Obama no cerrará la prisión y es su culpa. El presidente en su primer año de mandato tuvo todo para cerrarla, el capital político y la habilidad. Podría haberlo hecho y no lo hizo. El eligió hacer campaña con Guantánamo. No pudo controlar el Departamento de Defensa o la CIA, ni enfrentarse al Congreso.
Hillary. La candidata del Partido Demócrata se mostró a favor de la postura de Obama. "Igual no creo que Guantanamo se vaya a cerrar hasta que el último prisionero muera ahí. Es un pensamiento terrible pero es lo que creo".
Por su parte, respecto al candidato opositor Donald Trump, ella opinó: "cualquier persona que diga que deben volver las técnicas de tortura es algo bárbaro. Tendria que pedir disculpas y no tiene idea de los valores de Estados Unidos, de cómo funcionan los derechos humanos. Nosotros creemos que Guantanamo es territorio que se le ocupa a Cuba y que debe ser devuelto a Cuba. Eso lo dijimos en la Corte. Es ilegal".