La legalización del consumo de marihuana en Uruguay y en estados como Colorado y Washington en los Estados Unidos y la necesidad de que se reduzcan los daños en la población y que no sólo se castigue a alguien con políticas antidrogas son algunos de los hechos que muestran que, tanto la sociedad con sus debates e iniciativas y los gobiernos, van en dirección de repensar el tema de la droga.
Con este contexto mundial, un grupo de docentes y académicos, especialistas en el ámbito de la defensa, la seguridad, la política y las relaciones internacionales formaron el Grupo de los 15. Quieren contribuir al debate público y generar algunas líneas alternativas sobre ciertos temas complejos.
“En Argentina, las políticas públicas están cada vez más centradas en personas” explica a PERFIL Alberto Fohrig, profesor de la Universidad de San Andrés y ex jefe de gabinete de asesores del ministro en el Ministerio de Defensa. “La política se ha degradado mucho en términos de la discusión en temas enormemente complejos, y no es una cuestión de reducir todo a un título o frase. El argumento era proponer algunas líneas alternativas sobre ciertos debates. Por ejemplo, qué hacer en política nuclear o con la droga, donde hay un problema evidente, pero el debate público es muy endeble. Y se reduce a agregar más penas, como si cambiar en un papel un número de calificación penal pudiese modificar la realidad”, agrega.
Aporte. Una de las características del grupo es que, en momentos de extrema polarización, eligieron aceptar las diferencias ideológicas o partidarias de cada miembro y a partir de ellas buscar puntos en comunes. Como resultado de ese consenso y como forma de consolidación, después de años de trabajo, presentaron el documento “La Argentina y la cuestión de las drogas. Una propuesta para repensar el debate público” (http://cuestiondrogasargentina.blogspot.com.ar/).
El director del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan Gabriel Tokatlian, argumenta que, además de una relativa degradación en el debate público donde no se polemiza, observan que en Argentina los finales de gobiernos sirven para lograr ciertos consensos. “Nos parece que hay que saber utilizar, en el mejor sentido, un año electoral para decir ‘sobre esto hay que debatir’. Esto podría llevar, incluso, en el fin de un mandato y el comienzo de otra gestión, a hacer ciertos acuerdos sobre los temas fundamentales”, dice Tokatlian.
En diálogo con PERFIL, los académicos también analizaron algunas cuestiones: si el narcotráfico es consecuencia de la globalización, si hay algún tipo de presión de Estados Unidos para el uso de políticas militares, la legalización del consumo de marihuana en diferentes países y los dichos de la presidenta Cristina Fernández sobre Argentina y Chile como “países prácticamente de paso o de tránsito, no son ni grandes receptores ni productores” de drogas.
¿Consecuencia global?
FOHRIG: No hay nada nuevo en el tema de las drogas en el mundo. Lo que hay es un creciente volumen en esta materia. Una generalización más amplia de la que hubo en otras épocas en usos de las drogas. Ahora, no se debe llegar a la conclusión de que las drogas tienen igual inserción y preeminencias en todos los países. Y en particular, no debe llevar a la conclusión que el narcotráfico tiene igual grado de presencia, de violencia y de organización en todos los países. El narcotráfico es un fenómeno global, pero lo que haga cada Estado influye ciertamente en que estos hechos tengan mayor o menor presencia.
Nosotros vemos que en la Argentina, efectivamente, hay una emergencia en la agenda pública sobre el tema de la droga. Lo que queremos es contribuir a discutir porque nuestro país tiene opciones en materia de políticas públicas respecto a las drogas y a la criminalidad organizada.
Conviene avanzar hacia una nueva forma de abordar estos temas y planteamientos en un contexto donde las urgencias son muchas.
Estuve en un seminario en Jujuy en San Pedro a la vera de la ruta 34. Es donde ingresa mucha de la droga desde Bolivia. Me imaginé veinte, treinta personas, eran 400. En ese pueblo hay un problema nuevo respecto del consumo, producto de que hay un mayor tráfico. No se intenta negar que esta cuestión está en Argentina, sino que es un tema que hay que pensar en cómo proteger a esos chicos de 12, 13 años en poblaciones que antes no tenían esta realidad y no abordarlo, exclusivamente, con más armas y más militares. Me parece que frente a esas situaciones Argentina tiene alternativas y todos queremos contribuir para enriquecer esas opciones.
EE.UU. y su política militar.
TOKATLIAN: Cada uno deja intervenir a Estados Unidos hasta donde quiere. No es que tenga hoy la capacidad de imponer todo el conjunto de políticas en materia de drogas en un país. No pudo hacerlo en Uruguay. Con lo que quiero decir, no agrandemos al gigante más de lo que es. Si queremos militarizar el combate contra las drogas es una cuestión nuestra. Es una decisión política y sería un error garrafal, terrible e innecesario.
F: Está cambiando. Hace diez años Estados Unidos tenía políticas que enfatizaban el tratamiento militar del problema del narcotráfico, sobre todo hacia América Latina porque hacia su interior tenía un tratamiento civil. Entonces en la medida que ese consenso interno va modificándose también lo hace la postura de Estados Unidos con respecto a que la única solución que tienen en América Latina es comprar helicóptero y tanques, ir a las fronteras y comenzar a matar gente. Esto ha ocurrido en México donde en los últimos seis u ocho años han tenido 135 mil muertos. En la dictadura Argentina hubo 30 mil muertos y todavía seguimos sufriendo las consecuencias. Entonces hay que ver si se quiere militarizar la lucha contra las drogas y si se está dispuesto a semejante nivel de violencia cuando recién están empezando a sanar las heridas de hechos anteriores comparativamente en números menores a niveles de violencia.
¿México tiene una situación mejor después de los 135 mil muertos? ¿Está mucho mejor en términos de combate del narcotráfico? No. Por lo tanto tenemos una combinación de violencia e ineficacia que no deberíamos permitir.
Argentina, ¿país de tránsito?
T: Las divisiones tajantes entre países productores y consumidores, de tránsito y lavado, proveedores de armas y precursores químicos hoy es, prácticamente, irrelevante. Con ejemplos concretos: Estados Unidos es el mayor consumidor individual de sustancias psicoactivas ilícitas, pero es el país que tiene la producción de marihuana, mundialmente hablando, más grande hoy, superando las 12 mil toneladas métricas al año, y de mejor calidad que la colombiana, la mexicana y que la jamaiquina. Sin embargo, este país tiene un serio asunto en el lavado de activos, es un proveedor de armas en el mercado desregulado de armas ligeras. Entonces ¿Estados Unidos es un país productor y consumidor de drogas? ¿Lo definimos así categóricamente? o el ensamble del fenómeno de las drogas está ahí.
Entonces la Argentina ¿es un país de tránsito?, ¿de consumo? o si ¿hay laboratorios móviles donde la cocaína que viene del mundo andino se reprocesa para hacer paco? ¿Hay lavado de activos del narcotráfico? Sí, los hay, ¿hay bandas organizadas, por ahora, de un menor tamaño relativo que las que hay en otros países de la región? Sí. Quizá la expresión que trató de transmitir la Presidenta es esta idea que es un mercado dual, donde están unos y otros. Consumidores y productores, tráfico y lavado.
Hoy, el mundo de la droga no es así. Es un fenómeno trasnacional y globalizado. Tenemos que entender cómo son las cadenas y redes que se producen en cada sociedad; cómo se insertan con otras en otros ámbitos y cómo esto genera un fenómeno difícil de pensar. Además, por más buenas políticas públicas que se tengan, no existen políticas semejantes en otros lugares del mundo o por lo menos políticas concurrentes para facilitar su superación.
Legalización, un buen camino para el debate
Con respecto a la legalización del consumo de marihuana en Uruguay, Tokatlian lo califica como “muy importante, porque es el primer caso en Sudamérica que se expone a esta experimentación. Vamos a ver cómo les va. Lo mejor es que fuera exitoso”.
El profesor considera que este hecho tuvo y tiene una repercusión global. “Que la revista The Economist elija a Uruguay como el país del año y que el presidente Mujica fue recibido por su par Barack Obama, hace que el mundo ponga el ojo sobre Uruguay”.
La legalización, asegura, permitirá un mejor debate. “No se necesita imaginar cómo son los coffee shop de Amsterdam o el caso de Colorado y su práctica legalizadora; ahora los actores de la sociedad civil son los que buscan una política menos punitiva en este terreno. Vamos a ver qué efecto político tiene el debate interno en nuestro país”, concluye el académico.