ELOBSERVADOR

Nada mejorará sin un debate público

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La política educativa que el kirchnerismo exhibe como su mayor logro, repartir una computadora por alumno, tuvo un costo de más de 2.500 millones de dólares y no fue precedida por un debate público. Y aún cuando fue evidente que no garantizaban conectividad en las escuelas, ni los docentes las usaban para enseñar, ni se lograban mejoras en los resultados de aprendizaje, tampoco hubo debate. Aquí en general no hay debate sobre la cosa pública,  en especial sobre Educación, ni en campaña ni después. La política autista, encerrada en su laberinto, sorda a las evidencias, pero usando el dinero de todos. El debate es lucha de ideas, contraste de argumentos, polémica con solidez técnica. En su lugar suele haber retórica publicitaria o justificaciones ideológicas. Puestos a debatir a los políticos les cuesta articular con naturalidad una conversación sobre los problemas a resolver y esgrimen un discurso repleto de eslóganes, de apelaciones a la emoción y flojo en razones. O bien se discuten las cifras y, por ejemplo, mientras se polemiza acerca de cuántos pobres hay, si se pueden contar o es estigmatizante hacerlo, no aparecen las soluciones a la pobreza. La Educación es un terreno especialmente sensible a la propaganda. ¿Quién puede desacordar con un candidato que vocifera que quiere “una educación de calidad para todos y todas”? En lugar de frases grandilocuentes y vacías, la ciudadanía tiene derecho a conocer diagnósticos que se sostengan en el conocimiento fundado y modelos viables de solución, sólo así es posible elegir. En Educación falta debate público sobre temas urgentes, como la formación docente y la escuela secundaria. Y sobre cuestiones que hacen al gobierno de la educación y su transparencia, como la construcción del presupuesto educativo o la relación entre gobiernos y gremios. Como enseñó Sarmiento, son las mejores ideas desplegadas en la arena pública las que mejorarán la educación.

 

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*Directora del área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella, que lleva adelante el ciclo “La educación que viene” para debatir las propuestas electorales educativas.