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numeros contra la xenofobia

Sólo el 4,5% de la población argentina es inmigrante

Lelio Mármora, ex director del Indec, es autor de un estudio sobre el impacto de la la presencia de extranjeros en la economía. Brinda datos que revelan que, contra el prejuicio, su incidencia es mínima:

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Marmora. La clave de la sociedad argentina está en cómo se constituyó y en el rol de la educación como sistema igualitario. Distintas tradiciones que forman un todo. | Cedoc Perfil
Argentina es un país de pueblos originarios y de olas inmigratorias. “No se puede negar que en todas las familias hay descendientes de españoles o italianos”. Sin embargo, en la actualidad es el país número 124 sobre 200 en cuanto a la cantidad de migrantes. De toda su población, sólo el 4,5% corresponde a extranjeros, que provienen en su mayoría de Bolivia, Paraguay y Perú. Estos datos, otorgados por el investigador Lelio Mármora, nos hacen repensar nuestra identidad, que él califica como “híbrida”. “Nuestra cultura se ha ido conformando con el mestizaje de inmigrantes y pueblos originarios que siguen viniendo. No somos multiculturalistas sino una hibridación hecha por cada uno de los que van llegando y aportando algo. Eso nos fue transformando. La identidad nacional argentina reconoce su origen migratorio. Atentar contra los migrantes es atentar contra uno mismo”, afirma el director del Instituto de Políticas de Migraciones y Asilo (IPMA) de la Universidad de Tres de Febrero. Sus estudios aseguran que el 80% de los extranjeros que viven en Argentina son paraguayos, bolivianos y peruanos. Y el 10% se encuentra en el Conurbano. “Sí, el número es bajo. Son dos millones de personas y tenemos un millón de argentinos viviendo en otros países. Una tercera parte están en Estados Unidos, otra en Europa y otra en países limítrofes como Chile, Uruguay, Paraguay. Ese porcentaje se ha mantenido en las últimas décadas”.

—Actualmente, las familias de argentinos están conformadas en general por segunda y tercera generación de inmigrantes europeos.
—Exacto. Los dichos de Pichetto van en contra de nuestro propio origen. La proporción de italianos, españoles o siriolibaneses que llegaron al país fue muy grande. Fueron corrientes muy fuertes. En todas las familias hay descendientes de italianos, españoles o turcos. Y eso se ha ido mezclando. Hace cien años teníamos un 30% de población extranjera y eran casi todos europeos. Ahora tenemos un 4%. Eso quiere decir que éramos uno de los primeros países del mundo (hoy somos el número 124) por las políticas de promoción de inmigraciones de posguerra, durante los dos primeros gobiernos peronistas. Pero después no hubo políticas de promoción. Luego de la Segunda Guerra Mundial por el proceso de sustitución de importaciones, que necesitaba mano de obra nacional, se promueve la inmigración.  Otra razón fue poblar el país. Este es un país grande, con población concentrada en algunas ciudades nada más. Otra gran contradicción. Nos quejamos por los migrantes y no nos damos cuenta de que somos un país que no tiene población.
—Nuestra identidad inmigrante no es algo que se niegue, sino que, al contrario, queda en evidencia con las costumbres.
—Se comparte cotidianamente, incluso con las religiones. Aun en cuestiones religiosas o étnicas se ha llevado a que sea un país con un mestizaje muy grande. Hay estudios de la Universidad de Tel Aviv que demuestran que el 60% de los argentinos con religión judía están casados con no judíos. Es el único país del mundo donde pasa esto. Eso te lleva a un nivel de tolerancia y participación que es de respeto por el otro. No importa de dónde vienes, sino hacia adónde vamos. Siempre hay un prejuicio latente que se da en todas las sociedades y tribus. Lo importante es que ese prejuicio no se convierta en discriminación.
—Incluso con los argentinos hay mucho prejuicio en el exterior. Se suele decir que somos creídos y charlatanes.
—En Costa Rica dicen que los argentinos somos todos sietemesinos porque ni nuestras mamás nos aguantan nueve meses. Sin embargo, estuve en Costa Rica y jamás fui discriminado. Nunca me sentí extranjero en ningún país de Latinoamérica. La identidad latina es muy fuerte. Inmediatamente cuando uno está en otro país, sobre todo fuera de la región, los latinos se unen. A mí me pasó hace cincuenta años, cuando hice un doctorado en la Universidad de París o cuando estuve ocho años en el exilio; los latinoamericanos nos juntábamos siempre. Te une esa hibridación y desarrollo de las culturas latinoamericanas basada en, como dice Borges, “el efecto está antes de la causa”. La identidad de nuestras culturas es la multiplicidad.

Pichetto. Hace unos días, el jefe del bloque de senadores del Frente para la Victoria (FpV), Miguel Angel Pichetto, se vio envuelto en una polémica luego de cuestionar la “cultura igualitaria” del país. “¿Cuánta miseria puede aguantar Argentina recibiendo inmigrantes pobres?”, se preguntó en un programa del Canal 26. “La Argentina tiene que controlar. Hay una migración muy compleja y no hay ningún tipo de reciprocidad”, aseguró.
En respuesta a esto, el especialista, que fue representante regional ante la Organización Internacional para las Migraciones, aseguró que hablar “del impacto negativo” de las migraciones en los índices de pobreza “es una exageración que sólo puede responder a una demagogia electoralista”.
Mármora compiló el libro Impacto de las migraciones actuales en la estructura económica y sociocultural de la Argentina, que reúne estudios orientados al análisis objetivo del impacto de los migrantes en el país. Algunos de los puntos principales que abordó fue precisamente el impacto de las migraciones en la cultura, la economía, la salud y la educación; y la percepción y difusión del fenómeno desde los medios de comunicación.

Educación. En el libro se destaca que sólo el 1,9% de los niños en edad escolar (de 5 a 19 años) son extranjeros, que el 29% de los alumnos que estudian en la Ciudad de Buenos Aires son extranjeros (6% de la matrícula total), que ese porcentaje sube al 41% en algunos partidos del Gran Buenos Aires, y que el 80% de los alumnos extranjeros son paraguayos, bolivianos y peruanos.

Salud. En este punto, según investigaciones propias en hospitales del Gran Buenos Aires, “nos encontramos que la proporción de extranjeros que acudía era del 12% sobre el total de asistentes y la mayor parte usaba la maternidad. En los servicios de alta complejidad, que es en donde se invierte un costo, no había ningún extranjero que lo haya usado”, detalló Mármora.