En el departamento de toda la vida del ex director del diario Buenos Aires
Herald, Robert Cox, en la porteña avenida Alvear, el viernes 25 se realizó un cóctel donde el dueño de casa invitó a distintas personas relacionadas con la resistencia a la última dictadura militar argentina. El motivo, además de que se cumplían cuarenta años del golpe, era aprovechar la visita de
Tex Harris, el ex enviado permanente en la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires de la Secretaria para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios del presidente James Carter entre 1977 y 1980, Patricia Derian, enemiga número uno de los militares, que hasta pensaron asesinarla por la oposición que les hacía.
Además de Harris (que se encargó de reportar las desapariciones y atender a las familias de las víctimas), estuvo el fotógrafo activista de derechos humanos Marcelo Brodski, encargado de guiar a Barack Obama y Mauricio Macri por el Parque de la Memoria. Brodski fue uno de los impulsores de la construcción del Parque, y sufrió la desaparición de su hermano y varios amigos.
Fue en el discurso durante esa visita que Obama elogió a “periodistas, como Bob Cox, que informó valientemente sobre los abusos a los derechos humanos, pese a las amenazas hacia él y su familia”, y “diplomáticos como Tex Harris, que trabajó desde la embajada aquí para documentar los abusos a los derechos humanos e identificar a los desaparecidos (y) Patricia Derian, Secretaria para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios de Jimmy Carter, un presidente que entendió que los derechos humanos son fundamentales en la política exterior de los Estados Unidos”.
En la casa de Cox también se destacaba la invitada María Consuelo Castaño Blanco, la española que por estar casada con un argentino buscado por la dictadura fue arrestada ilegalmente junto a sus tres pequeñas hijas en 1979, justo cuando estaba en la Argentina la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, y trasladada a Campo de Mayo. Cox llevó su caso a la tapa del Herald y obligó a los militares a blanquear su situación, pasándola de desaparecida a detenida, siendo liberada recién al llegar la democracia, a pedido de Felipe González. María Consuelo le regaló su libro Rapsodia para no olvidarte a Jorge Fontevecchia, director de PERFIL, quien también fue arrestado en 1979, en su caso detenido ilegalmente en El Olimpo y salvado por una nota de Cox en el Herald. “También les debo la vida a Carter y a los EE.UU. con su política de defensa de los derechos humanos”, dijo Consuelo.
Tex Harris, una leyenda en el cuerpo diplomático norteamericano porque fue dos veces presidente de la asociación que los agrupa, valoró el rol de los pocos medios de prensa que actuaron con alguna dignidad en aquellos años de la guerra sucia y pidió juntar sus manos con las de Cox y el director de PERFIL en una foto.