Aunque Tucumán es más conocida por su pasado histórico como cuna de la independencia argentina, la propuesta turística va mucho más allá de la foto en las puertas de la Casa Histórica de la Independencia. Es que recorrer la provincia más pequeña del país es conectar con los cinco sentidos y tener vivencias muy distintas entre sí, con la comodidad que aportan las distancias cortas. Paisajes contrastantes que fusionan los verdes de las Yungas y los amarillos de la aridez de montaña; platos regionales de sabores intensos y sonidos que conectan con la naturaleza son parte de una visita que luego se quiere repetir.
Una de las opciones que la provincia ofrece a sus turistas es la posibilidad de un turismo aventura para adentrarse en la naturaleza.
San Javier entre selva y panorámicas
El cerro San Javier y sus alrededores es uno de los lugares predilectos para realizar turismo aventura y conocer Tucumán desde lo alto. La búsqueda de vistas panorámicas arriba del Cristo Bendicente es una de las primeras señales que lleva al turista a ingresar por una ruta que atraviesa la Selva de las Yungas. Rodeado por los parques Aconquija y Sierras de San Javier, la Reserva Experimental Horco Molle y el Jardín Botánico, en este lugar se encuentran los escenarios ideales para disciplinas como el mountain bike.
Ingresar en bicicleta por senderos en medio de la selva, aire fresco y puro y dejarse desafiar por las pendientes del cerro son algunas de las sensaciones que los ciclistas vienen a buscar en Tucumán. El senderismo en San Javier es una cita casi tan obligada como el casco histórico de la ciudad. Las propuestas son variadas, y en su mayoría de baja complejidad, para que todos puedan animarse.
La conexión con la naturaleza que se siente en senderos como la Puerta del Cielo y El Funicular es consecuencia de una inmersión de la mente y el cuerpo en la naturaleza. Un ascenso sin pausa por un cerro cubierto de verde y las vistas panorámicas que sí o sí se quieren guardar en el álbum de los teléfonos, es parte de la experiencia.
Tucumán es conocido en todo el mundo por tener Loma Bola, una de las pista de parapente más importantes de Latinoamérica. Por este motivo, esta es una experiencia que atrae desde un primer momento y que se puede hacer en una siesta soleada de invierno con o sin experiencia previa. Encontrar un prestador de servicio para hacer parapente es sencillo ya que son varios los habilitados y listos para que la vivencia sea segura, sencilla y entretenida.
Un Nuevo Cadillal para descubrir
Uno de los espejos de agua más importantes de Tucumán es el Dique Celestino Gelsi ubicado en la localidad de El Cadillal. Conocido por los tucumanos como Dique “El Cadillal” es el destino que más avances ha realizado en los últimos tiempos. Con la inauguración del Complejo Turístico Puerto Argentino ofrece un marco gastronómico para distintos paladares a las actividades de turismo aventura que se pueden realizar allí.
Deportes acuáticos como el kayak o el rappel son algunos de los más practicados, aunque las temperaturas no sean las ideales del verano. Contar con bahías a distintas distancias dan la posibilidad de trayectos más largos o más cortos que pueden terminar en puntos completamente distintos para apreciar el lugar. El paisaje para aprovechar desde los saltos de las Sierras de Medina distrae por momentos del ascenso por los saltos que desafían la concentración y la destreza física. No hace falta contar con equipos para realizar este deporte ya que los prestadores de servicio cuentan con todo lo necesario para que se viva una experiencia segura y divertida hablada en español o en otros idiomas.
La posibilidad de aumentar las dosis de adrenalina en el Dique El Cadillal siempre puede ir más allá. La presencia de ríos en zonas aledañas que alimentan el dique permiten realizar canyoning mientras se recorren los paisajes del Río Loro, entre sierras y familias que se refrescan a la orilla.
Para quienes deseen vivir un turismo aventura menos desafiante pero igualmente movilizador, están los paseos en barco en el dique. Los problemas y preocupaciones más cotidianos se disuelven desde lo alto de las embarcaciones que recorren este espejo de agua y sus historias. Un atardecer de cielo anaranjado, la pequeñez de los barcos a la distancia, un mate en mano o tal vez un vino tucumano, son partes de un momento que no necesita ser explicado, sino más bien vivido.
