EMPRESAS Y PROTAGONISTAS

Heidi crece de golpe

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Despectivamente, durante la campaña electoral, Felipe Solá llamó a María Eugenia Vidal como Heidi, aquel dibujito protagonizado por una niña ingenua y sensible. La intención del derrotado ex gobernador era instalar que una candidata así no podría lidiar con la situación explosiva de la Provincia.

Vidal ganó, fue la estrella sorpresiva de la elección y, al mismo tiempo que planifica el futuro inmediato, ya empezó a enfrentar los primeros embates. Más allá de los chicaneos de José Pablo Feinmann o de algún intendente kirchnerista, hay problemas mayores.
 
Las tomas de terrenos no sólo son un síntoma de descontrol: también una señal de tierra arrasada. La misma que tienen los próximos funcionarios encabezados por quien estará a cargo de Economía, Hernán Lacunza, respecto a los gigantescos déficits y deudas que vislumbran. La previsión es tan realista como brutal: sin un aporte urgente del gobierno nacional, la Provincia no tiene recursos propios para pagar el medio aguinaldo de los estatales bonaerenses.

Idéntica situación perciben sobre el inicio del Operativo Sol, primer reto de Cristian Ritondo, el ministro de Seguridad de quien dependerá la Policía. Allí se planea mejorar la capacitación, los recursos materiales y los salarios de los efectivos. Traducción: plata.

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Hay más. No tiene el macrismo una visión optimista de la discusión paritaria docente que se viene. Al punto que trabajan en la hipótesis de que pase lo que pase, no se iniciarán las clases en la Provincia en tiempo y forma. “Así les demos todo lo que pidan, que es imposible, igual buscarán la excusa de hacer paro”, asegura descarnadamente un conspicuo miembro del gabinete de Vidal.

La otra obsesión de la nueva administración es invertir en infraestructura. Y en la misma sintonía de la estrategia porteña y nacional, si ganan el ballottage, es recurrir a financiamiento externo. Otra vez hablamos de plata.

Por si hiciera falta decirlo, el escenario para el equipo provincial de Cambiemos no es igual si Macri es o no presidente. Igual saben que la situación es muy delicada y tienen decidido qué batallas dar en lo inmediato y qué puede esperar. Quieren aprovechar el período de “luna de miel” social que se abrirá apenas asuman para encarar proyectos legislativos que sólo podrían avanzar con una gran presión de la opinión pública, ya que los números en la Legislatura obliga a acuerdos complejos con el massismo y el kirchnerismo.

Uno de esos proyectos será el recorte de la megaestructura ministerial y de secretarías de la Gobernación, con epicentro en los cargos políticos, multiplicados en capas geológicas tras casi tres décadas ininterrumpidas de gestiones peronistas. Evalúan hasta eliminar el área de Jefatura de Gabinete, que hoy ocupa Alberto Pérez: quien naturalmente ejercería el cargo, Federico Salvai (mano derecha de Vidal), iría como secretario o ministro de Gobierno provincial.
 
El plan incluye la revisión de todas las designaciones en la administración pública de los últimos seis meses, con la decisión de evaluar caso por caso. Saben que habrá frenos judiciales, pero están dispuestos a ese choque más temprano que tarde: estiman que el 80% del presupuesto provincial se destina a sueldos.

Menos oneroso, otro proyecto inmediato que se enviará a la Legislatura es el de implantar en el principal distrito electoral del país la boleta única y electrónica, para que ya en 2017 se vote con ese sistema. Y limitar la reelección de intendentes.
Para llevar a cabo todo esto, el vidalismo (alguien tenía que inaugurar el término) nota algunas tensiones dentro de Cambiemos. Con la UCR, porque sienten que todavía se sigue comportando como si fuera una fuerza opositora: “Tienen que empezar a pensar y actuar como gobierno”, señalan. Pero hay problemas también dentro del PRO. Parece que son más los que prefieren postularse a los despachos del Estado nacional (si vencieran el 22) o del Banco Provincia que ir a La Plata.
 
Vidal toma nota del panorama. Y configura su GPS: a través de focus groups, busca detectar las expectativas reales de los bonaerenses. Porque su principal obsesión es no defraudar. En eso tampoco quiere que la comparen con Heidi.