La vuelta de los videoclips que comenzó en Nueva Zelanda
Bailar al ritmo de la pantalla de la computadora o televisor es una tendencia que se renueva y reinventa en la actualidad.
La vuelta de los videoclips que comenzó en Nueva Zelanda |
Cedoc
Durante los últimos años de la década de los 90 e inicios de los 2000, era un must saber la coreografía de los principales videos musicales del momento. Millones de personas alrededor del mundo copiaban fielmente cada uno de los pasos de sus artistas preferidos, desde Britney Spears hasta Eminem.
Hoy en día, gran parte de los adolescentes retoma esa pasión y vuelve al baile de la mano del reconocido juego Fortnite pero, para las generaciones un poco mayores, la nostalgia por volver a ver propuestas que los remitan a la época dorada de los videoclips es indiscutiblemente tentadora.
En este marco, varias compañías reconocidas globalmente decidieron aprovechar esta tendencia y lanzar campañas, productos y acciones especiales usando referencias, estéticas y guiños para sus públicos como links a lo que conocemos como “flashback”. Marcas de calzado e indumentaria apuntaron a diseños retro con un twist moderno pero pocas industrias de servicios combinaron esta tendencia para potenciar la comunicación de mensajes clave como la seguridad.
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Air New Zealand, la aerolínea de bandera de Nueva Zelanda, fue una de las precursoras en sumar este concepto a sus videos de seguridad aérea, para darle una nueva vida e impacto año tras año a una comunicación tradicionalmente monótona y “olvidable”. Su última versión, "It´s Kiwi Safety", nace como un remake de la popular canción "It´s Tricky" de RUN-DMC e "In the Neighborhood" de Sisters Underground. Con su ritmo pegadizo y una estética destacada a través de los colores y el vestuario del gran reparto, transforma su video de seguridad en un contenido pop que llama la atención e invita a ver más de una vez.
El ritmo y la estética pop ayudan a que los mensajes clave sean didácticos y recordados de la mejor manera por su público, contagiándolos también del espíritu de la marca y la experiencia de volar. Al cabo de unos minutos, los pies comienzan a bailar solos y el estribillo que dice “It’s kiwi kiwi kiwi” ya se encuentra adherido en la cabeza de aquellos que lo hayan visto, junto con las imágenes instantáneas de las más de 600 personas que participaron y los hermosos paisajes de locaciones como Auckland, Wellington, Dunedin, Balclutha, Hokitika y Naseby en el centro de Otago.
De esta manera, el universo en el que conviven las grandes empresas tradicionales se torna cada vez más creativo, con apuestas estéticas y visuales que no sólo aumentan el nivel de innovación y entretenimiento en busca de nuevas audiencias, sino que logran reinventar su comunicación para el público del siglo 21.
