Pixar, la compañía de animación digital de Disney, es considerada la más exitosa de Hollywood en el terreno animado: creadora de películas como Ratatouille y Toy Story, la empresa es hoy sinónimo de excelencia y garantía de éxito.
Desde su surgimiento, la productora realizó y lanzó al mercado ocho largometrajes, que rápidamente se convirtieron en éxitos a nivel mundial y produjeron una revolución en la industria de las películas animadas. Ratatouille, la más reciente, acaba de ganar el Oscar a la mejor película animada.
Sin embargo, el éxito no llevó a la compañía a aumentar su producción. La empresa filma una película por año (con la excepción del 2002 y el 2005, en los que no filmó) y todos sus films están dirigidos por un círculo íntimo –y bastante cerrado- de directores.
John Lasseter dirigió Toy Story, Bichos, Toy Story 2 y Cars; Brad Bird realizó Los increíbles y Ratatouille; Andrew Stanton estuvo al frente del rodaje de Nemo y Wall-E (que se estrena en pocos meses) y Pete Docter, de Monsters Inc. Y es más, varios de estos directores ya comenzaron a trabajar en películas que se estrenarán en el 2009 y el 2010.
La consecuencia de este sistema es que la compañía está comenzando a perder talentos, que sienten que no tienen lugar en la cúpula creativa de Pixar, según se relató recientemente en una nota del Los Angeles Times. A fines del 2002, Jimmy Hayward se animó a dejar la empresa e ir en búsqueda de su sueño: dirigir una película animada.
Hoy, cinco años después, lo logró. Hayward acaba de debutar como director de Horton Hears a Who, una película de 20th Century Fox Animation y Blue Sky Studios.
“Me fui de Pixar porque quise dirigir toda mi vida”, dijo Hayward al L.A. Times. “Le tengo mucho cariño a la empresa y siento que aprendí muchísimo ahí, pero ya tienen suficientes directores talentosos y no se si me veían pasta de director o no”, agregó.
Hayward no es el único. Ash Brannon dejó Pixar para dirigir Surf´s Up de Sony. Jill Culton también se fue a Sony, adonde dirigió Open Season y Hotel T. Jan Pinkava y Colin Brady son otros dos ejemplos.
“Pixar es un lugar excelente para trabajar. Pero si querés dirigir ahí, te tenés que ganar la confianza de la compañía y muy pocas personas lo logran”, sostuvo Brannon en su diálogo con el diario angelino.