Hasta 2008 Araceli González era una multifacética mujer de los medios: campañas publicitarias, tiras semanales en tevé y una fuerte exposición mediática tras el noviazgo con el acto Fabián Mazzei. A sus 41 años, la actriz, devenida a empresaria, pudo dar vuelta una página y concentrarse en un proyecto que guardaba en secreto: el lanzamiento de su fragancia llamada "Sucrerie".
- ¿Cómo surge la idea de Sucrerie?
- Es un proyecto que tengo en mente desde hace cuatro años. Antes no me sentía capacitada para hacerlo. Siempre me dispersaba con muchas actividades y no le dedicaba el tiempo que necesitaba para llevarlo a cabo. El año pasado fue muy complicado a nivel laboral y de salud, entonces decidí correrme del medio. De esta manera pude concentrarme en Sucrerie. Creo que en este momento tuve la pasión, el tiempo y la contención familiar que necesitaba.
- ¿Por qué no lo bautizaste con tu nombre?
- Quiero posicionar la fragancia como una marca nacional y que a partir de eso pueda expandirme con otros productos. El nombre significa dulce en francés y esa denominación creo que puede abarcar diferentes líneas, como bombones o productos para spa. Ya tengo planteado el lanzamiento del segundo perfume. La verdad que cumplí un gran sueño, porque fue algo que siempre quise hacer.