Se trata de una propiedad de más de 10.000 metros cuadrados que costó cerca de 11 millones de dólares y cuenta con una piscina, un patio interior estilo francés, cine privado, una casa de huéspedes para que sus invitados puedan alojarse cómodamente, una bodega, una gran biblioteca con chimenea y un enorme jardín para que Sean Preston, de tres años, y Jayden James, de dos puedan disfrutarlo al máximo.
Aunque la mansión cuenta con todas las comodidades, Britney solo piensa quedarse allí solo por una temporada, hasta que la casa que se esta construyendo en el mismo barrio cerrado esté terminada.
Mientras tanto, la cantante sigue preparando los conciertos para la gira que tiene programada a partir de marzo, donde se presentará en las grandes metrópolis de Estados Unidos y el mundo.