ESPECTACULOS
Sabrina Garciarena

Busca un amor para siempre

Idealista, tiene el ejemplo de sus padres, que aún están juntos desde hace más de 20 años, y le gusta ese modelo de vida. Tímida, participó de un reality con actores pero sólo duró una semana frente a las cámaras; sin embargo, apuesta al talento de los chicos de Gran hermano. Amiga de Diego Torres, se sumó al staff de Pancho Dotto porque la llaman bastante para publicidades.

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VALORES. Se considera una mujer a la antigua. |

Besito en la boca a Sebastián Estevanez. “Llamame”, le dice la rubia de ojos color miel, jeans ajustados y remera suelta que siempre le queda bien. Al grito de corten, Sabrina Garciarena se acomoda el pelo previamente rizado y busca su celular rojo con ringtone galáctico. Tiene un recreo de siete escenas antes de volver a los estudios para grabar La ley del amor , la nueva telenovela que hoy la tiene como poprotagonista junto a Soledad Silveyra, Raúl Taibo y Sebastián Estevanez. La actriz, de 24 años, que hace tan sólo cuatro viene invadiendo la pantalla chica con Amor en custodia, Una familia muy especial, Se dice amor (sí, todas las telenovelas parecen lleva esa bendita palabra), no quiere encasillarse en un solo género. “ Me gusta actuar. Pero la verdad, no me veo toda la vida haciendo telenovelas. El drama se puede encarar de distintos ángulos. El cine, por ejemplo”, dice.

—¿Qué es lo que te atrajo de la historia?
—Me gusta la idea de que la ficción aborde temáticas sociales. Desaparecidos, sectas, y en La ley... tratamos la problemática de la adopción. Una en verdad puede informar a través de la ficción, somos actores pero a la vez comunicadores. Podemos educar sexualmente a través de la historia. Y eso a mí, como actriz, me resulta mucho más interesante. Así como yo noto que las chicas de mi edad me paran en la calle y me dicen: ‘Me encanta tu pelo, uso la misma vincha que vos’, la gente podría imitarte en otras cosas. Por otro lado, trabajar como actriz me abre la posibilidad de estudiar e investigar temas que seguramente no abordaría jamás si no fuera porque el personaje me exige hacerlo. Eso es lo que a mí me gusta de este trabajo. Encontrar mundos que por ahí jamás sabía que existían, te abren la cabeza. Después, de lo que investigaste te queda un cinco por ciento, pero te sirvió para el personaje y para tu vida.

Por estos días, Garciarena alterna las horas de grabación con la filmación de Tocar el cielo, la nueva película de Marcos Carnevale (Elsa y Fred), cuyo protagonista será nada menos que Facundo Arana. “ Es una participación chiquita pero no puedo evitarlo, me encanta el cine. Es lo que quiero hacer.

—¿Pensaste en trabajar en el exterior?
—Sí... siempre me imagino haciendo películas con diferentes actores y de diferentes culturas. Igual, todavía no apareció ‘la’ película. No soy arrebatada. En ese sentido, siempre supe lo que quise y también supe esperarlo. Las cosas llegan.

—Hace seis años participaste en el reality reality, el programa donde un grupo de actores convivían en una mansión de San Isidro... ¿Por qué lo hiciste?
—En su momento me vendieron papelitos de colores. Me dijeron que las clases las iba a dar Norman Briski...yo dije, va a ser como un curso de teatro, pero no fue tan así. En realidad, estuve sólo una semana. No sirvo para ese tipo de programas. Soy muy tímida, no me gusta mostrar mi vida a desconocidos. Para lo único que me sirvió fue para darme cuenta de que quería ser actriz, de que estaba en el camino correcto.

—¿Qué pensás de los participantes de “Gran hermano”?
—No juzgo. Creo que de los realities pueden salir buenos artistas. En España el cantante David Bisbal ganó Operación Triunfo. A mí me parece que si tenés talento, te metas donde te metas y busques el camino que busques, te va a ir bien. Cualquiera de los chicos de Gran Hermano, si tienen talento para bailar, cantar, conducir para lo que sea, va a salir y le va a ir bien. Porque se trata de eso.

Además de haber participado en el videoclip de Diego Torres Hasta cuándo, Sabrina Garciarena se sumó este año al staff de modelos de Pancho Dotto para organizarse y poder elegir bien sus campañas publicitarias, que cada tanto le ofrecen “ porque hasta ahora dije a todos que no, no sé bien cómo manejarme”. Después de vivir 21 años en Ramos Mejía junto a sus padres y sus cuatro hermanos, se mudó a Colegiales donde “por fin” logró el sueño de la casa propia. La actriz cree en el amor para toda la vida. “ Tengo a mis papás que están casados hace más de 20 años. Cuando voy de visita a su casa, a veces me los encuentro abrazados en un sillón mirando una película. Creo en la fidelidad. Yo tengo ese modelo. A mí me tocó tener a mis papás juntos, por eso en ese sentido soy medio idealista. Me gusta ese tipo de amor, aunque es difícil encontrar algo estable cuando hoy no hay nada estable. No se puede tener todo.”