La decisión se tomó en una extensa reunión en Nueva York después de consideraciones varias y estudios de mercado. Los ejecutivos dieron el OK y, después de cuatro años, Daniela Urzi volverá a ser morocha en febrero de 2008. Parece una frivolidad pero la cabellera de la modelo –y ella toda– es un negocio de miles de dólares.
En 1997 sintió que había alcanzado su techo en Argentina y se mudó a París: a las pocas semanas hizo la campaña de un perfume para Yves Saint Lauren; después vendrían la lencería de Victoria’s Secret, Revlon, Cavalli, Hugo Boss, Emporio Armani y Rolex, hecha el año pasado en México y para la que tuvo que tomar cursos de buceo.
Hace un año y medio se enamoró del empresario Pablo Cosentino, representante de un gran porcentaje de los jugadores del Lanús campeón; y el amor y los años la decidieron a hacer base en Argentina y comprar una casa en Barrio Parque, que a dúo están terminando de decorar.
Relajada en Punta del Este, dedica las tardes a la pintura. En los planes también hay una boda aún sin fecha y dos o tres hijos. “Me gustan los chicos, pero no me imagino con muchos”, dice como si tres fueran pocos. Por ahora, sus cuidados los reciben sus seis perros malteses. Más información en Edición Impresa.