Que vivió un año convulsionado, nadie puede negarlo. Tras el éxito de Tratame bien, coronado en mayo pasado con ocho premios Martín Fierro, incluidos el de ella como actriz protagónica y el de Oro para el programa, Cecilia siguió en boca de todos.
Por razones profesionales, luego de la tele llegó la hora del teatro, y por otras bastante más “heterogéneas”. Que “está más linda y flaca que nunca”, que “conquistó al más deseado”, que “estuvo en 6,7,8 y defendió al gobierno”, que “se separó y que ahora ese galán está con otra”... ¡Uff.! En cualquier lado, los comentarios que rodean su nombre se repiten a diario, casi sin respiro, y a esta altura sólo un marciano podría preguntarse: “¿en qué anda Cecilia Roth?”.
Bueno, para recordárnoslo acá está ella, enfundada en un modernísimo jean y en una remera marinera que demuestran un envidiable buen gusto a la hora de seguir tendencias. “¿Se viene la onda navy?. No lo sabía”, replica ella ante nuestro comentario y enseguida se encarga de aclarar que la elección del vestuario fue pura casualidad y que, acaso, lo que la guió fue esa “suerte de olfato previo para lo que se pone de moda”. Casualidad, o no, lo cierto es que la razón que nos convoca mucho tiene que ver con la ropa, esa “protagonista silenciosa” de Amor, dolor y qué me pongo, la obra escrita por las hermanas Nora y Delia Ephron y en la que las prendas y los accesorios funcionan como detonantes para contar historias de vida.
Famosa en Broadway, esta primera adaptación local tiene la dirección de Mercedes Morán y un exquisito elenco formado por Leonor Manso, Jorgelina Aruzzi, Ana Katz, Mercedes Scápola y... Cecilia Roth, por supuesto.
-¿Creés que, como en la obra, tu historia también puede ser contada a través de distintas prendas?
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