Cuenta que le interesa muy poco tener como invitados a políticos, porque “hacer un reportaje a un funcionario es tautológico, dicen cosas que no son ciertas. No me importan y además hay muchos políticos que van a programas que son una poronga y al mío no. Como el caso de Aníbal Fernández”, confiesa Gelblung.
—¿En qué te fue mejor: radio, televisión o medios gráficos?
—(Risas) Pienso que en todas me fue bastante bien. No me puedo quejar, y creo que eso depende de la guita y del tiempo que ponga. Yo no mido qué me da más o menos, porque a veces hago cosas que me dejan menos dinero que otras por el solo hecho de que me apasiona hacerlas.
—¿Leés a la prensa gráfica?
—Ojeo los diarios, pero la verdad es que prefiero leer libros. La prensa gráfica de hoy me parecen recortes arbitrarios; con una noticia quieren abarcar el mundo y eso es imposible. Están mal escritos y no me gusta lo que leo porque parece superficial, que no aborda temáticas constructivas. No veo testimonios, crónicas de la calle, y creo que el periodismo que se está haciendo es marciano.
—¿Consumís televisión?
—No.
—¿Por qué? ¿No te gusta?
—Primero porque no tengo tiempo. Segundo porque no me produce nada ver televisión, y de esa manera evito una contaminación. Tampoco escucho radio para mantenerme virginal y poder hacer mi trabajo tranquilo, sin incidencias.
—¿Te pasó tener cargo de conciencia por preguntar o decir algo en una nota?
—No. Todos buscamos efectos, desde que uno pone acentos en un tema o hace recortes en tal otro. En televisión se busca generar algo en el público cada 60 segundos porque si no la audiencia cambia de canal. Obviamente que si estoy haciendo una entrevista y veo que el tipo está diciendo boludeces o la nota empieza a decaer, lo tengo que cortar e ir para otro lado. Es una cuestión elemental que tengo para privilegiar el interés de la gente, con determinados matices y no puteándolo para que el tipo reaccione. Si no el periodismo en televisión no existe.
—¿Alguna vez traicionaste tu integridad?
—Siempre fui súper leal a mis propias convicciones y no podría hacerlo de otra manera. Creo que a esta altura del partido lo puede decir la gente o los propios periodistas o compañeros. A algunos les gustará más, a otros menos, o algunos me putearán más u otros menos sobre mi trabajo, pero no pueden hablar de mi deshonestidad ni de venalidad. Muchos me critican porque era director de una revista durante el proceso y la verdad que mucha gente trabajó durante la dictadura. Yo muestro con orgullo mi participación, me muestro bastante claro y contundente en mi posición. No tengo nada que ocultar.
—Muchos dicen que tenías relación con la dictadura...
—(Interrumpe) Muchos dicen que soy facho y otros que soy comunista porque tengo una afiliación al partido. Me parece que nadie tiene el currículum tan limpio como para tirar la primera piedra y todos los que hoy se llenan la boca hablando de derechos humanos avalaban cosas peores del Proceso y desde ángulos más complejos. Numerosos adalides con imágenes de derechos humanos asistieron, presenciaron y son testigos jugados de las torturas en la ESMA. Yo no tengo por qué delatarlos, que los investigue la Justicia.
—Ideológicamente, ¿cómo ves la situación argentina?
—Estamos asistiendo al final de un sistema político, y no sé si lo que viene es mejor o peor. Llegué a la terrible conclusión de que este país está condenado históricamente al peronismo porque ha cometido una de las tareas más intelectuales, más fantásticas que he visto. En el peronismo hoy podés ser de izquierda o de derecha al mismo tiempo, centro capitalista, liberal, estatista, comunista. Es una mayonesa ideológica espectacular.
—En una nota en “Página/12” el periodista Horacio Verbitsky dijo que recibías una importante suma de dinero por publicidad de Aerolíneas Argentinas...
—(Interrumpe) Verbitsky dice tantas boludeces... Nosotros teníamos como anunciante a Aerolíneas como cualquier otro, y creo que en los tres medios en los que estaba era a un precio de 5 ó 10 mil pesos. Además era un canje publicitario...Verbitsky llegó a decir que Yuyito González estaba muerta y que yo llevé a una doble a un programa de televisión...
La entrevista completa en la edición de hoy del Diario Perfil.