La estrella del pop Madonna inició esta noche su gira mundial con un vertiginoso show en la localidad británica de Cardiff ante 40.000 espectadores, entre los que también se encontraban su esposo, Guy Ritchie, y sus hijos Lourdes, Rocco y David.
La cantante, que celebró sus 50 años hace tan sólo una semana, alzó los ánimos de las masas al hacer aparición en escena sobre un trono, vestida con brillantes ropas negras y botas que le llegaban hasta las rodillas.
Por sobre los gritos de sus fans, el primer tema que tocó en su gira, titulada "Sticky and Sweet", fue su nuevo hit Candy Shop. Horas antes del concierto la ciudad, en Gales, se había convertido en un mar rosa de sombreros de cowboy y chales de plumas cuando miles de fans se encaminaron rumbo al estadio. La recompensa: un montaje de video que iba desde Britney Spears hasta la canción Human Nature.
Madonna, que no dio ninguna señal de cansancio o debilidad por su edad, presentó un pequeño sketch de baile del caño. Durante el programa, en el que tocó unas 20 canciones propias y, entre otras La Isla Bonita y Borderline, la artista cambió de look ocho veces.
Para el show, de alrededor de dos horas de duración, Madonna y su banda ensayaron más de 650 horas. Además, para el megaconcierto se adquirieron joyas por un valor de más de 1,7 millones de dólares. Madonna cuenta con la colaboración de 16 bailarines y 250 integrantes de su staff.
"Sticky and Sweet" terminará en América Latina, donde se ofrecerán shows en Argentina el 6 de diciembre, en Chile, el 10, y en Brasil, el 14 y 18 del mismo mes. El último concierto de la estrella del pop, "Confessions", tuvo lugar en el 2006.
Fuente: DPA