Parece que venía tranquila, a pesar de haber estado fuera de la pantalla un año, cinco meses, una semana. Dijo que unos minutos antes de que se encendieran las luces, le aparecieron los nervios. Que cuando llegó el momento de avanzar hacia el gran estudio, en el camino se le salió un zapato. “Yo creo que se me han achicado los pies. O por lo menos uno”. Y aclaró que esta vez no hablará de política ni comerá pizza ni pastas. La frase no pareció guionada. Porque Susana Giménez siempre ha jugado así: a las pequeñas confesiones frente al público, a reconstruir algunos retazos de todo eso que está alrededor y no se ve. A compartir con sus seguidores el backstage, a aprovechar sus propias confusiones, a dejar al descubierto los hilos de la producción. “Acá es donde tengo que decir esto... ¿Qué es lo que tengo que hacer? Ah, sí”. Y en ese juego, de muchas cartas bajas sobre la mesa, radica su histórica gracia, intacta en su ciclo que lleva 25 años al aire.
Para la apertura se rodeó de sus amigos, el infaltable Ricardo Darín, Marley, Julio Bocca, Soledad Pastorutti (quien está amamantando: “¡Qué belleza!”, frente a sus pechos), y echó mano a los churros del canal: Pablo Echarri, Sebastián Estevanez, Diego Torres, Mike Amigorena. Una apertura a su estilo, aunque bastante prudente y sin excesos (lástima que volvió a pasarla y la reforzó aún más con “las perlitas”) que desembocó en una coreografía revisteril detenida en el tiempo, a puras plumas, juegos de luces y strass.
La novedad pareció ser para ella, las cámaras HD que no dejó de nombrar y agradecer, con una exclusiva luz blanquecina, truco que no se propuso ocultar. Un living con todos esos amigos (menos Bocca), algo alborotados, con poco tiempo para cada uno, pero con el encanto de tenerlos juntos y apretaditos en el sillón. Y luego, lo que todos esperaban, el encuentro con Antonio Gasalla después de su confuso y breve paso a las tierras de Tinelli. Así “la Abuela” le abrió la cancha para desmentir romances, comentar el casamiento de Roviralta y para hablar de reyes, reinas y Princesita; la operación de Angelina y los que donan semen. Tendrías que haber traído al Papa, le opinó. Para el cierre, la panza de siete meses de Luisana Lopilato, y todo ese mundo de parto, pañales y biberón que traerá el pequeño Bublé al que tal vez, si ella no sigue firme, puede que llamen Thor. Es decir: para su vuelta, contó con mucho y consiguió un “pico” de 26 puntos de rating. Pero más allá de las ayudas de los amigos en esta primera cita, Susana Giménez se mostró con un aire más sereno, lo que da a pensar que éste puede volver a ser un buen año para ella.
“Sean valientes e inteligentes”
¿Saben la respuesta? Sean valientes. Si no saben la respuesta, sean inteligentes. Eso es lo que dice el juego que viene de Holanda. Pero bueno, yo se los digo porque por ahí ayuda… Ese fue el consejo con que Susana Giménez abrió su nuevo ciclo de “Salven los millones”, satélite de su programa principal, que va los miércoles a las 21 por Telefe y va con dos millones en juego. Cincuenta paquetes de 40 mil pesos se ponen y se sacan de unas balanzas con las posibles respuestas para tratar de ir salvando lo que se pueda. Es decir, la misma cantidad de bultos, el doble de dinero pero, gran detalle, una pregunta más. ¿Qué profeta fue arrojado al mar y tragado por una ballena, por desobediente? ¿Cuál de estas palabras es la más usada según la Real Academia? ¿Cuándo se promulgó la ley antitabaco en nuestro país? A diferencia de los muchos desafíos de preguntas y respuestas que uno va viendo en televisión, este juego es menos liviano en lo que se exige a los participantes. Y, sobre todo, lo que pasa con ellos: aquí se concentran en saber, no se ríen de su ignorancia ni de sus dudas, no hacen gala de su brutalidad como pasa tantas veces. Bueno, sí, hay mucha plata en juego. Los que inauguraron el ciclo fueron Miguel Angel y Nicolás, arquitecto e ingeniero, ilusionados con donar lo ganado a una fundación y también “para viajar”. La tensión sube, son atractivas las pequeñas charlas entre los jugadores antes de que el conteo arranque. Pero ellos dos no pudieron.
Todos los números
En lo que va de mayo, Telefe le gana a El Trece por 8,8 contra 8,7. Una diferencia exigua si se toma en cuenta que en los meses previos era mucho más abultada y que el canal de las pelotas, a excepción del show de gente tirándose a una pileta conducido por Marley, ya ha jugado sus cartas. Y a El Trece aún le resta jugar, si finalmente llegan a un acuerdo, a Marcelo Tinelli.
Susana Giménez debutó el lunes pasado con un triunfo arrollador de rating: promedió 23,8 –con picos de 26–, según Ibope, fue lo más visto del día e hizo caer a Solamente vos a 15,7, a Sos mi hombre a 9,7 y a Caiga quien caiga a 5,9. La cifra era auspiciosa para la señal, pero dos días después, en la segunda emisión, donde primó el formato de juego de “Salven los millones”, los números se desplomaron: promedió 14,3 puntos y quedó tercero entre lo más visto de la jornada, detrás de Solamente vos (18 puntos) y Perdidos en la ciudad (del propio Telefe, que hizo 15). De todas formas, sumó más promedio que Vecinos en guerra (13,2), que no termina de despegar.