Los movimientos sensuales del reggaetón no serían pecaminosos con el condimento que le pone un cura cantante como Fray Richard quien intenta con su música llevar agua al molino del cristianismo.
Nacido en Panamá, el cura se encuentra en estos momentos animando la Semana Santa en Chile, dejando atrás la época en la que la música sacra era la única permitida para los viernes santos.
Su actividad hoy se centra en evangelizar a los presidiarios de Guatemala, la gran mayoría jóvenes con los que ha aprendido a comunicarse en su propio lenguaje donde las señas, el rap y el reggaetón son la clave.
Al ser consultado por el diario El Mercurio sobre el “perreo”, esa particular forma de moverse que casa con el reggaetón, el cura contesta: “ El reggaetón está al servicio de un sistema que degrada a la persona. Lo que yo he hecho es invitar a los jóvenes a crear nuevas expresiones de baile. La danza también es un canal expresivo. Me he encontrado con que los jóvenes crean pasos acorde con la música que interpreto”.