Con profunda alegría acabamos de presentar en el Teatro Colón la temporada 2016. Ella refleja los ejes principales de nuestra gestión: la apertura del Teatro a nuevos públicos y la innovación, entendiendo por ésta tanto la utilización de nuevas herramientas tecnológicas como la actualización de la programación artística.
Ya hemos lanzado este año el streaming, una tecnología que permite el acceso irrestricto a las actividades que transmitimos no sólo a quienes no tienen posibilidades económicas, sino también a quienes por razones geográficas o laborales no pueden asistir a las funciones. Muy pocas salas en el mundo han logrado una tecnología de este tipo que permita a nivel planetario la difusión de sus espectáculos a un alto nivel de calidad. Esto fue posible gracias al apoyo del ministro de Modernización, Andrés Ibarra, y a la tecnología de cámaras que el Gobierno de la Ciudad dejó instalada cuando reabrió el Teatro, totalmente modernizado, en el año 2010.
Hemos calculado que el año próximo habrá más de ochenta funciones de carácter gratuito, contando los ensayos generales, los conciertos gratuitos en la Usina del Arte y otros espacios alternativos al Colón, y el ciclo Intérpretes argentinos de los domingos a las 11 de la mañana en nuestra sala principal, en el que se presentan muchos de nuestros músicos más importantes.
La apertura al público viene de la mano del inicio de nuestra temporada 2016: el Festival de Verano. Nunca el Colón había tenido un festival de este tipo, que tendrá lugar tanto en la sala principal como en la Plaza Vaticano, que es realmente fascinante: es como estar en el Teatro, pero fuera de él, un espacio para el disfrute total de la música. Y las propuestas que en él se ofrecerán, siempre con entrada gratuita, serán de lo más variadas: Mahagonny-Songspiel; La historia del soldado; un concierto de la Orquesta Estable; Matinée Fantomas; una instalación performática del compositor alemán Heiner Goebbels y, finalmente, un concierto sinfónico-visual del cantante y creador Rufus Wainwright en torno a la figura de María Callas.
El Teatro Colón nunca le temió a la innovación, porque ésta siempre formó parte de su tradición. En los primeros tiempos de nuestro teatro se estrenaban en su sala las obras que se daban a conocer en Europa, con escasa diferencia de tiempo. La temporada lírica tiene en su corazón el estreno para toda América Latina de Die Soldaten, de Zimmermann, con dirección de Baldur Brönnimann y puesta de Pablo Maritano, en su primer trabajo en el Colón. Una de las obras más complejas de todo el repertorio operístico se constituye en un desafío que el Colón debe afrontar por ubicarse entre los teatros más importantes del mundo.
Las más grandes figuras argentinas podrán verse en nuestro escenario: el tenor Marcelo Alvarez en Tosca, las puestas de Eugenio Zanetti y Marcelo Lombardero; Carlos Vieu se hará cargo por primera vez en la sala de la dirección musical de un título; en ballet, contaremos con Marianela Núñez en Onieguin, y con Ludmila Pagliero y Herman Cornejo en La bayadera; Martha Argerich volverá al Festival Barenboim; y habrá solistas argentinos con la Filarmónica de Buenos Aires, como Bruno Gelber, Natasha Binder, Nelson Goerner, Marcela Roggeri, Pablo Saraví y Paula Almerares. Rendiremos homenajes a grandes figuras como Roberto Oswald, reponiendo su producción de Tosca; a Sergio Renán ofreciendo Porgy and Bess, el título que signó uno de sus mayores éxitos; a Eric Satie, a 150 años de su nacimiento, con una propuesta a cargo de Fernanda Morello; a Ginastera, a cien años de su nacimiento, en una temporada en la que sus obras estarán presentes en todas partes; a Shakespeare y Cervantes, con obras vinculadas a sus producciones. Volverá después de décadas la Opera de Cámara al Teatro Colón, bajo la dirección de Marcelo Lombardero.
El nuevo Abono Verde traerá a figuras internacionales: Zubin Mehta, Lang-Lang, Renée Fleming y al tenor Jonas Kaufmann, que debutará en la Argentina y también se presentará como parte del Festival Barenboim y su Orquesta del Diván. Haremos la Sinfonía de los Mil de Mahler, un emprendimiento enorme que necesitará todos los recursos artísticos de nuestro teatro, así como la demandante temporada lírica, con sus diez títulos, necesitará a nuestros eficientes escenotécnicos. Y este 2016 se completará con las propuestas múltiples y variadas del Centro de Experimentación, el programa “Colón Contemporáneo” y el Instituto Superior de Arte.
Se trata de una temporada única en el mundo, tan única como el teatro que les da marco privilegiado a sus fascinantes contenidos.
*Director general y artístico del Teatro Colón.