Nadie puede obviar a los cirujas, es que la anarquía en la que viven genera fascinación. ¿Cómo llegaron a habitar las calles como si fuese el living de sus casas? ¿Cómo hacen para vivir en la mugre con total naturalidad? ¿Qué piensan cuando el común de las personas hablan de amor, crían hijos y trabajan? Se los ve en una realidad aparte.
Ese fuera de realidad es el que logra en su ópera prima teatral el escritor, guionista y periodista Daniel Guebel, en la obra " Dos cirujas ", recientemente estrenada en el C.C. Rojas, quien no se propone responder estas preguntas pero sí coloca al espectador en ese mundo, a tal punto de que se puede sentir el olor nauseabundo de sus cuerpos sucios.
Fuera de todo realismo, Toto (Romina Ricci) y Loro (Azul Lombardía), se presentan como dos hombres, pero al tiempo son homosexuales para terminar al final de la obra comos dos travestis que encima cada tanto se acusan de manera hiriente de “puto”. Para ellos el tiempo no pasa, pero como hay tiempo, hablan de sexo, de la muerte, del amor, de filosofía, del universo y hasta se cuentan historias improbables. También se desean y se rechazan y transitan un humor que va de lo femenino a lo masculino sin problemas; es que la múltiple identidad sexual de los personajes lo permite perfectamente.
En los momentos de humor se destaca uno brillante, cuando Toto se destapa como mujer y surge de repente una mina histérica del tipo “vos a mí no me escuchás...”. Bastante duro por cierto el autor con este prototipo femenino. Sin embargo, Guebel también les imprime a los personajes el humor masculino más bien tonto, ese de agarrarse los genitales sin sentido como símbolo del macho al que nada ni nadie le importa.
En esta primera incursión teatral como director, el autor asumió muchos riesgos: por ejemplo, el de elegir dos actrices para interpretar a varones o arreglarse con una escenografía austera pero que logra ser lo único verdadero en un mundo irreal y compuesta básicamente de cartones, además de lograr que sus personajes toquen los temas más trascendentes de la vida humana.
La obra es puro relato en boca de dos personajes que no paran de discurrir en forma verborrágica; tanto, que a veces se confunden, y se pierde la noción acerca de quién es quién.
Las actrices, que tienen una tarea difícil porque deben ir y venir de la mujer al hombre y viceversa todo el tiempo, l ogran una interpretación valiosa en medio de tachos de basura, carritos de supermercado, papeles y algún que otro trasto dando vueltas.
Sí, los cirujas de Guebel logran fascinar.
Elenco: Romina Ricci y Azul Lombardía
Escenografía: Raquel Tabacco
Iluminación: Marcelo Álvarez
Asistentes de producción: Gabriela Lorusso y Santiago Miró
Producción ejecutiva: Hernán Casabella
Dramaturgia y Dirección: Daniel Guebel
Esta obra forma parte del ciclo Operas primas, que reúne producciones de directores debutantes.
Sábados de octubre y noviembre
Sala Batato Barea
Entrada: $15
Daniel Guebel nació en 1956, publicó más de una decena de libros, entre novelas, cuentos y obras de teatro. Es autor, entre otros, de "La Perla del Emperador" (Premio Emecé y Municipal de novela) "Matilde", "Nina", "El terrorista", "La vida por Perón" y "Carrera y Fracassi". En noviembre publicará su próxima novela, "Derrumbe". Como autor teatral, estrenó las obras "La china" y "El amor", escritas en colaboración con Sergio Bizzio, dirigidas por Rubén Schuchmacher (en la sala Pablo Picasso del Complejo La Plaza) y Cristina Banegas (en el Club del Vino), y protagonizadas respectivamente por Ricardo Bartis y Gustavo Garzón, y por Gabriel Goity, Belén Blanco, Luis Ziembrowski, Antonio Ugo y María José Gabín. Publicó la obra teatral "Adiós Mein Führer" y escribió los guiones de cine "Tesoro mío", "Sudeste" y "La vida por Perón" (junto a Luis Ziembrowski, dirigidos por Sergio Bellotti. La obra "Dos cirujas" es el primero de sus textos dramáticos de los cuales , además, es el director. Actualmente trabaja como editor de espectáculos del Diario Perfil y realiza textos periodísticos para distintas editoriales.