En agosto de 2007, Sean Penn se dio el gusto de viajar a Caracas y conocer personalmente a Hugo Chávez, una personalidad que él considera afín a sus ideales. El relato sobre los pormenores de este encuentro fue volcado en un artículo escrito por él mismo y publicado hace dos meses en un diario liberal. Sin embargo, nada de eso hubiera sido posible sin la intervención de su amigo –o su “hermano”, según prefiere llamarlo Sean Penn– Fernando Sulichín, un porteño que viajó a Los Angeles para formarse como arquitecto y terminó convirtiéndose en “un productor de directores difíciles” y en “un realizador de sueños”, tal como a él mismo le gusta definirse.
“Lo conocí a finales de los 80 en París, a través del director Spike Lee (...) Recuerdo que este argentino judío una vez tuvo que convertirse al islam por cuatro meses para lograr que dejaran a Spike filmar en La Meca”, relata Penn en su artículo. “Después nos mantuvimos en contacto a través de estos años y en 2006 me llamó desde Caracas, donde estaba trabajando en un documental que Oliver Stone iba a dirigir. Luego de una breve charla, Fernando me aseguró que podría hacerme llegar hasta el presidente Chávez si yo viajaba a Caracas. Entonces me subí en el próximo avión que salía hacia allí.” Algo parecido sucedió con el protagonista de Belleza americana, Kevin Spacey, y con Naomi Campbell, dos figuras que tuvieron la oportunidad de entrevistar al mandatario bolivariano.
—¿De qué modo llega a convertirse en nexo entre las celebrities y Chávez?
—El es un jefe de Estado, y yo un productor que trabaja con figuras como Sean Penn u Oliver Stone, personas que tienen un currículum artístico y humanitario que acompaña. Son personas radicales, que ganan Oscar y a la vez escriben guiones y trabajan en filmes con contenido artístico y político. Entonces, en algún punto, represento cierta parte de ese movimiento cultural de creadores “rebeldes”.
—¿Eso corre para Naomi Campbell también?
—Naomi es una amiga desde hace 10 años. Y lo cierto es que cuando se llega a un cierto nivel, lo que resulta interesante son los personajes que se destacan. Por eso quiso entrevistar a Chávez y la presidenta Cristina Kirchner para una serie de notas que estaba haciendo para la revista británica GQ, y yo la ayudé a llegar hasta ellos.
Vea la nota completa en la edición impresa del Diario Perfil.