Anoche fue la primera jornada del Festival Barenboim en el Teatro Colón. La apertura estuvo a cargo de la Orquesta West-Eastern Divan y Martha Argerich.
Esta noche a las 20 se agregan al repertorio Seis estudios canónicos, de Robert Schumann, y En blanco y negro, de Claude Debussy. Para mañana a las 17 queda el esperado dúo de pianos con Martha Argerich. Incansable, el artista argentino dará diez presentaciones: el miércoles y jueves a las 20, estará con la Orquesta West-Eastern Divan y Argerich; el próximo sábado a las 18 brindará una charla con el ex presidente español Felipe González, el rabino Daniel Goldman, el dirigente islámico Omar Abboud y el sacerdote católico Guillermo Marcó; el 7 y 8 de agosto será el turno del Triple concierto para violín, violonchelo y piano en Do mayor, Op. 56 de Ludwig van Beethoven y Pelleas und Melisande, Op. 5 de Arnold Schoenberg, y un día después ofrecerá el mismo espectáculo para estudiantes de escuelas públicas porteñas. A toda esta actividad se suman los Conciertos de la Convivencia, a realizarse en el Centro Islámico de la República Argentina, en el Templo Libertad y en la Catedral de Buenos Aires, el 2, 5 y 6 de agosto, respectivamente. “Argentina es el único país del mundo donde no hay ningún problema en tener identidades múltiples. Con el tiempo, me di cuenta de que nunca hubiera podido hacer este proyecto de una orquesta con integrantes de todos los países de Oriente Medio, sin haber vivido en mi niñez esa libertad de pensamiento”, manifestó.
—¿Cómo sostiene las esperanzas cuando las negociaciones de paz no avanzan?
—El problema no es de voluntad o deseo, sino de energía, por los años que pasan. Naturalmente, el cuerpo no reacciona igual a los 70, pero las esperanzas son ilimitadas.
—Pierre Boulez cumplió 90 y dijo que planeaba vivir hasta los 103 años. ¿Cómo planifica su futuro?
—Lo hago como me gusta imaginarlo. Después, si el cuerpo me sigue o no, ya no lo sé. Vamos a ver, no planifico en días, meses o años.
—Boulez cree que lo que lo moviliza es la transgresión. ¿A usted qué lo mueve?
—A mí también. Boulez es un buen ejemplo...