La historia se repite: una de las figuras más grandes de nuestra televisión hace circular la versión (obviamente sin su palabra) sobre su definitiva separación. Es más, lo hace un martes por la noche, cuando las revistas más importantes del país ya tiene cerradas sus ediciones y sólo queda una -que sale los jueves-, obligando a cambiar su tapa a último momento. Y de esta manera se asegura ser la portada obligada de todos los semanarios de la semana siguiente. Y si quieren más coincidencias, lo hace cuando falta poco más de un mes para su esperado regreso a la televisión. Y hay más: al otro día todo el mundo habla del tema y, por supuesto, nadie sabe nada de ella.
¿La historia es conocida, no? Al igual que Marcelo Tinelli, Susana Giménez repite la fórmula y suma un condimento más a las expectativas por su regreso. Como si no alcanzara ser la figura que es. Como si la inseguridad se adueñara por un instante de su cabeza, decide poner en evidencia parte de su vida privada para asegurarse aún más rating.
Ayer, casualmente, Héctor Cavallero (ex de Susana) estuvo sentado en el living de Intrusos en el espectáculo y aclaró que "Susana no es ninguna tonta, mantiene un personaje que hasta ahora le sirve y por ese motivo lo mantiene". Está claro que Cavallero no descubrió América, pero resulta curioso que haya dicho esto a muy pocas horas de conocer la noticia.
"Susana se separó definitivamente", y al igual que Marcelo, lo da a conocer por los medios para pensar las respuestas y no tener que salir a dar el anuncio por sus propia cuenta. Ahora sólo falta esperar las desmentidas, las falsas declaraciones ("que sí, que no", que "es una crisis", que "estamos peleando por la relación"...). Todas las idas y vueltas que sólo van colaborar para que el día de su regreso, la diva intente superar los 40 puntos de rating como lo hizo su rival.
(*) periodista, especial para Perfil.com