Es otoño en Nueva York y, tímidamente, el aún entibia la costa del Hudson. En el corazón del Meatpacking, entre el West Village y Chelsea, una bella mujer rubia impone su estilo personal. Elegante y chic, definen los responsables de la revista “Vogue”. Los mismos que la eligieron por su distinción, belleza, emprendimientos como empresaria y su trabajo social como presidenta de la Fundación del Banco Provincia.
Con paso firme, altos tacos stilettos, clásico vestido estilo Jackie, bolso Hermès Birkin, cabello recogido y gafas oscuras, camina por la zona que se convirtió en uno de los puntos estratégicos del fashion neoyorkino. Un equipo de maquilladores, estilistas, productores y el fotógrafo Santiago Sierra con su asistente, registran las imágenes, las chequean y dan el OK. Para Karina Rabolini (43) no hay secretos. Se mueve naturalmente.
Las productoras de “Vogue” le acercaron un guardarropa con exclusivos diseños. Sin embargo, cuando se encontraron frente a la argentina, regresaron los percheros y le pidieron que luciera sus propias prendas.