Para bien o para mal, 2009 parece ser el gran año de Susana Giménez. A finales de febrero, víctima de un brutal asesinato, su florista, decorador y amigo personal Gustavo Lanzavecchia apareció, aparentemente ahogado, en la pileta de su casa, ubicada en el partido bonaerense de La Matanza, al oeste de la Capital Federal. La dolorosa pérdida de su estrecho colaborador, con quien había trabajado 20 años, provocó la inmediata y caliente respuesta de la diva, que exigió la pena de muerte. Algo de lo que se detractó.
Luego, su nombre se vio salpicado por un denuncia sobre su actual pareja, Jorge Rama, quien fue acusado por la revista uruguaya Caras y Caretas de integrar un grupo empresarial vinculado a la compra y venta de jugadores de fútbol pero también al contrabando y al narcotráfico.
Luego, su nombre se vio salpicado por un denuncia sobre su actual pareja, Jorge Rama, quien fue acusado por la revista uruguaya Caras y Caretas de integrar un grupo empresarial vinculado a la compra y venta de jugadores de fútbol pero también al contrabando y al narcotráfico.
Y, ahora, a menos de dos meses de la que será su temporada número 22 en la televisión argentina, la diva de los teléfonos se sometió a una intervención quirúrgica de cadera que, para su médico de cabecera, el doctor Alfredo Cahe, fue solamente una operación programada de común acuerdo entre ambos, y que teniendo en cuenta el poco tiempo que le queda para que Su vuelva a la pantalla de Telefe, ya no podía seguir retrasándose ni un solo día más.
Lo que ni Cahe ni nadie dijo es lo que pudo confirmar de muy buena fuente Semanario, y que no es ni más ni menos que el verdadero problema que está acosando a Susana y por el cual decidió operarse: artrosis de cadera.