En occidente nuestro teatro es definido desde el siglo V antes de Cristo por la relación entre actores y público. Desde marzo de este año, este vínculo se cortó por la pandemia. Todos (artistas y espectadores) aceptaron el silencio, pero lentamente buscaron nuevas maneras de encontrarse y el camino se llamó “vía streaming”, Youtube o Instagram. Fue doloroso que los dos teatros oficiales de la Ciudad de Buenos Aires (San Martín y Cervantes) debieran cumplir años vacíos, el primero sesenta y el segundo 99.
El actual director del Nacional Cervantes, Rubén D’Audia anunció: “El proyecto Nuestro teatro se ensayará y se representará con el objeto de ser registrado en soporte audiovisual. Comenzamos a trabajar con los primeros elencos, de no más de cuatro o cinco actores. Quienes asisten a estos montajes deben cumplir un extenso protocolo sanitario, elaborado por las autoridades de la Nación. Aspiramos a terminar las grabaciones hacia mediados de noviembre, si las condiciones sanitarias imperantes en las próximas semanas nos lo permiten”.
Mientras que el director del Complejo Teatral de Buenos Aires, Jorge Telerman, afirma: “Aún no tenemos información de las autoridades sanitarias de cuándo puede retornar el teatro presencial. Imaginamos que el volver será con distanciamiento y en cuanto se pueda hacer de manera presencial continuaremos con la programación”. Ya iniciaron las grabaciones para emitir online los espectáculos de Eva Halac y La saga europea (tetralogía), Las ciencias naturales de Tenconi Blanco.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene tres brazos teatrales muy fuertes y activos: las salas oficiales, las comerciales y las independientes. Todas sufrieron estos telones cerrados. Roberto Bisogno es el actual presidente de Aadet (Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales) quien da perspectiva histórica y algunos números. “Veníamos de varios años en que la actividad sufrió la coyuntura general de la situación socioeconómica de nuestro país. Analizando el teatro en CABA, a partir de 2015 se refleja una disminución de espectadores anuales. En el 2019 un 15% menos con respecto al 2014. En 2014 registramos 272 asistentes promedio por función y durante 2019 fue de 180 espectadores. Sin embargo, la cantidad de funciones acumuladas en los últimos años fue en aumento. Si analizamos los efectos de la pandemia, que implicó el cierre de todas las salas del país a partir de marzo, el impacto que provocó y provocará es incalculable. La actividad del teatro y la música a nivel nacional registra asistentes solo por los meses de enero y febrero. Podemos decir que estimamos entre tres y cuatro millones de espectadores menos en el circuito comercial”.
Refacciones a mano. Entre los empresarios de la famosa Avenida Corrientes fue Flavio Mendoza, al frente del Broadway, uno de los primeros en adaptar la sala. Su idea es poder lanzar en Buenos Aires Un estreno o un velorio, éxito en el verano de Carlos Paz. Cuando se le pregunta por la inversión responde: “En estos momentos, considerando cómo está el país y que tanta gente la está pasando tan mal, no voy a hablar de dinero. Nosotros con el personal del teatro sacamos y reubicamos las butacas, fue un mes de tornillos, lijado y pintado. Con nuestras propias manos hicimos todo porque es una necesidad imperiosa volver a actuar cuanto antes. No será una ganancia, pero queremos que la gente se vaya acostumbrando a venir. Nos debemos educar todos para convivir con este virus. Somos un sector parado desde hace muchos meses y necesitamos generar trabajo. Los precios serán muy económicos. Ya pusimos dos mil entradas a la venta, se agotaron y pondremos mil más (en Fullshow). Queremos con esa parte del dinero armar bolsones de comida para tantos artistas que la están pasando mal”.
Podríamos subrayar la imaginación y el empuje para volver a cierta teatralidad. Otro empresario e intérprete, Nito Artaza, propuso una adaptación del autocine. “Teatro en auto o Auto teatro (explica Artaza) es una idea que patenté para que podamos tener una relación más cercana con los espectadores, aunque estén dentro de sus respectivos vehículos. Presentamos Mañana El show con Cecilia Milone (también directora), Gonzalo Costa y la maga Abril, entre otros. Ya hicimos funciones y las próximas serán el 19 de este mes a las 20.30 y 22.30 (tuentrada.com/mil pesos. La inversión es nuestra, con sonido, iluminación, láser, pantallas y vestuarios. Estamos en Escobar (Kilómetro 42,5 de la autopista Panamericana), habilitaremos en CABA y haremos cinco distintas localidades. El 12 de octubre debutamos en Mar del Plata, en Punta Mogotes. Tenemos un protocolo que nos permite 72 autos, más requisitos de distanciamiento para los artistas. Pero estamos esperando a volver a una normalidad”. Hay que aclarar que al comprar el ticket se debe inscribir en una página (teatroseminari.gob.ar) donde se firma una declaración jurada con los datos del auto y sus ocupantes.
Adelantando el miedo. Otro de los empresarios más importantes es Carlos Rottemberg. Se lo consulta ya que su opinión es certera, suma experiencia y análisis. “La apertura en la última parte del año que propongo (afirma Rottemberg) aunque deficitaria desde lo económico, sería una manera de prepararnos para encarar la temporada 2021 con alguna mejor posibilidad. Serviría a los efectos de ‘adelantar el miedo’ en el público, además de retomar los contratos de trabajo hoy inexistentes. En caso de trasladar la apertura recién al verano se llevaría puesta gran parte de la temporada 2021, anulando además, el movimiento del espectáculo fuerte en los centros veraniegos (Mar del Plata y Carlos Paz). En concordancia con lo manifestado en marzo, para perder ‘solo’ el 2020 en la actividad teatral y musical, se requiere promover el regreso de la misma desde primavera”.
Cuando se habla de Buenos Aires, se subraya la intensa actividad de las salas alternativas. La mayoría está aglutinada en Artei (Asociación Argentina Del Teatro Independiente). Su actual presidenta Liliana Weimer subraya que se le está pidiendo al Gobierno de CABA que declare la emergencia cultural. Es difícil cumplir con el protocolo aprobado el 8 de agosto. “Los lugares destinados a esta actividad (define el Decreto 290/20) tendrán la capacidad máxima en simultáneo de veinte personas en el salón principal, siempre que pueda garantizarse el ocupamiento de una persona cada 15 m2.” De esta manera quedan autorizadas las grabaciones vía streaming tanto de obras de teatro como recitales, aunque en estos pequeños teatros será mínima la cantidad de intérpretes, técnicos y siempre sin público.
La situación global
La escena nacional no está alejada de lo que sucede en otros escenarios. De nuestros vecinos los únicos que han podido volver a la relación espectadores e intérpretes son los uruguayos. Los teatros en Chile, Brasil o Colombia están cerrados y solo se permite hacer funciones vía streaming. Incluso Paraguay con muy pocos casos de coronavirus tampoco tiene actividad presencial.
Uruguay siguiendo protocolos reactivó su actividad cultural. Indican que desde este mes “únicamente quienes actúan sobre los escenarios (teatro, danza, música, etc.) están eximidos de utilizar mascarillas, solo durante el transcurso de sus actuaciones”. También recomiendan distanciamiento entre intérpretes, proponen solo una función diaria y especifican: “los espectadores se sentarán en todas las filas, separados entre sí por dos localidades vacías de ambos costados y en zigzag con la fila de adelante.”
Alemania ya difundió cómo quedaron sus salas con este tipo de requerimientos. España con números de contagios similares a los nuestros decidió abrir. Los teatros oficiales, privados y algunos alternativos tienen actividades aunque siempre con reducción significativa de público. Los dos grandes centros teatrales (Madrid y Barcelona) asombran. En la capital española se abrió una sala teatral en la lavandería de un hostal (El Bastardo) y como no había posibilidades de habilitar alojamiento iniciaron funciones. El espectáculo solo es visto por siete espectadores a €15. Barcelona apostó por la actividad, aunque los números de asistentes son necesariamente reducidos (treinta personas).