ESPECTACULOS
NATALIA OREIRO Y FERNAN MIRAS

El humor contra lo inevitable

En Casi muerta, la actriz vuelve a un protagónico en el cine y el intérprete se pone ahora en el rol de director. Ambos reflexionan sobre el miedo a la muerte y el poder de redimir que posee la comedia.

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Unidos. La dupla que ya ha compartido ficciones ahora regresa con un film que se ríe de lugares comunes sobre la muerte. | cedoc

Desde este jueves 6 de julio se puede ver en los cines la segunda película dirigida por el actor Fernán Mirás: Casi muerta. Se recuerda la primera, El peso de la ley (2017) definida como “drama criminal”. Ahora coguionó una comedia y en el elenco están: Natalia Oreiro, Diego Velázquez, Paola Barrientos, Ariel Staltari, Alberto Ajaka y Violeta Urtizberea. Esta ficción es una adaptación de la película vasca Bypass que fue nominada a varios premios Goya. Es el mismo Mirás quien lo aclara: “Fue el productor de la película, Rodrigo Vila, quien me propuso dirigirla. A él lo conocía de antes, ya que había coescrito y dirigido El último hombre (The Last Man), donde el protagonista fue Hayden Christensen y yo estuve en el elenco. Nos pusimos a buscar guiones. Queríamos una comedia. El peso de la ley había sido bastante áspera. Me propuso que viera Baypass y coincidimos que debía tener más protagonismo, quien tenía sólo un mes de vida. Nos tentaba poder burlarnos del miedo a la muerte, que todos tenemos. A veces se vuelve dramática y otras de risa, con bastante humor negro. Buscamos que la gente se divierta, pero que además hablara de la amistad y del miedo a la muerte. No pude evitar incluir de contrabando algo más profundo. Para eso la película tiene un elenco genial, ya que pudieron pasar del drama al humor”.

—¿Por qué tardaste tanto tiempo en volver a filmar?

FERNAN MIRAS: Es muy difícil filmar en Argentina y estoy muy contento que la película se estrene en los cines. El proceso duró cinco años, pero me enfermé y se atrasó la filmación. Es muy complejo llegar a armar un proyecto, no me resulta tan largo si pienso que recién empiezo.

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—¿Cambió el guión después de tu enfermedad (aneurisma) en el 2021?

M: Al tiempo pensé que algo de lo que me había pasado modificó en parte el guión y me lo reafirmó. El proceso que viví fue muy intenso y gracioso, y esa fue la misma idea con quienes finalmente escribimos el guión: Rodrigo Vila y Beatriz Carbajales. Es bastante absurdo que le des un mes de vida a alguien. Sentimos que era un tiempo tremendo, porque no podés hacer nada. Comprendí mucho de los estados emocionales por los que pasa María (Natalia Oreiro). En mi caso, todo fue muy acelerado. Me revisaron y me dijeron en veinte minutos había que operar y que era muy riesgoso. Tenía solo ese tiempo para decidir. Pensé: “¿Qué hago? ¿Voy a ver al Obelisco? Me empecé a reír y les dije ‘Opérenme’. Eso apuntaló mucho mi idea del guión. El tema no es la muerte, sino el miedo a ella. Los personajes están vivos, no están del otro lado. Tienen pánico a la muerte, tanto ella, como sus amigos que quieren ayudarla. De hecho nadie la nombra, ni quieren hablar de eso. Me parece que la película da la excusa para ver qué tan absurdo puede reaccionar uno sobre el miedo a la muerte. Es un signo vacío. Ese es el disparador. 

—¿Este personaje te enfrentó con la muerte? ¿Cómo te relacionás con el tema?

NATALIA OREIRO: Antes de ser madre no se me pasaba por la cabeza que me podía morir. Cuando se es joven ni lo pensás, aunque tuve cercanía con amigas con enfermedades, pero pudieron sobrellevarlas. Como embajadora de UNICEF para el Río de la Plata, trabajé en Uruguay con el cáncer infantil. Pero el simple hecho de tomar un avión hoy me da miedo, porque tengo un hijo pequeño. María, mi personaje, no es mamá. A mí me da miedo el deterioro físico, quisiera poder despedirme y no ser un peso para mis afectos cercanos. Quisiera tener mente y cuerpo para valerme por mí misma. 

—¿Qué sentiste al tocar el tema de la muerte?

M: Cerca mío fallecieron dos personas muy cercanas y con gran sentido del humor. Una fue mi madre y otra una amiga muy joven, quien me hizo los mejores chistes en el hospital. Ambas se burlaban de mi solemnidad, algo de eso quise representar en el papel de María. Le tengo un gran respeto a la gente que la enfrenta con un gran sentido del humor y quise que la protagonista fuera así. Me hizo sentir que el humor se inventó frente a lo inevitable. Nos divierte y entretiene pero ante lo inevitable ayuda a sobrellevarlo. Cuando empecé a revisar el guión pensé vamos a reírnos, aunque es un tema serio, debemos dejar la solemnidad y buscar qué tan absurdos podemos ser frente a esto.

—¿Cómo viviste las escenas de hospital? ¿Te sentiste más expuesta?

O: No las recuerdo muy bien. Pero lo más extraño es que ese día que teníamos que filmar me sentí mal y tenía fiebre. No quise suspender la grabación porque en el cine perder un día es muy complicado económicamente. Eran tres escenas y las hicimos de corrido. Estuve muy expuesta emocionalmente. Creo que se ve mucha verdad física, una mujer rota, angustiada, ojerosa y lastimada. A mí me conmueve cuando veo verdad en el cine, aunque sea en una comedia. 

—Filmaste Iosi en Montevideo pero en pandemia. ¿Cómo fue hacerlo ahora?

O: Siempre es muy bueno filmar cerca de mis padres, que viven en Montevideo. Es hacer lo que más me gusta y tenerlos ahí. Uruguay tiene muy buenas locaciones y técnicos. Pude combinar las grabaciones con los dos programas que estaba haciendo para Uruguay: La voz y Got Talent. A los dieciseis años me vine a vivir a Buenos Aires y cuando regreso no estoy en la casa de mis padres, pero tengo una hermosa relación con ellos y venían al set para verme. Es un clima muy relajado el de Montevideo, por la cercanía con la playa y la rambla. Me da mucho orgullo que también se filmé allí. 

—Ganaste muchos premios con dramas: ¿que sentis cuando te convocan para comedias?

O: Si el reconocimiento me empezó a suceder con el drama, creo que con Infancia clandestina después Wakolda, Gilda, Eva e Iosi. Personajes de mujeres muy fuertes, con relatos crudos, donde una se compromete mucho con el cuerpo, buceando en las oscuridades que una pueda llegar a necesitar. Tanto Re loca, la anterior comedia como ahora Casi muerta tienen mucha profundidad reflejan a mujeres que están atravesando momentos difíciles en sus vidas. Creo que el humor nos salva de situaciones inevitables, como es la muerte. Agradezco cuando me convocan para este género. Acepto cuando los guiones son inteligentes como lo fue en el caso de Martino Zaidelis y ahora el de Fernán Mirás, además es un genial actor y puede trasmitir la búsqueda en los intérpretes. 

—¿Crees que los argentinos tenemos un humor particular?

M: Cuando viajé a algunos festivales con El peso de la ley muchos me hablaban del humor, como si fuera una característica del cine argentino. No sabía que se interpretaba así. Creo que hay una relación entre el humor argentino y el italiano, incluso siento que tienen bastantes condimentos en común. Un poco somos un tango y al mismo tiempo muy italianos. Mi familia es española, pero todos veían el cine italiano. Creo que nosotros no nos damos cuenta, pero tenemos un tipo de humor muy nuestro.

 

Plataformas, giras y televisión abierta

En un principio se anticipó el protagonista masculino de Casi muerta sería Juan Minujín. Ahora Fernán Mirás lo aclara: “Inicialmente, muy al principio. Juan (Minujín) que es muy amigo mío iba a hacer el papel de Diego Velázquez. Pero cada vez que avanzaba el proyecto y teníamos luz verde para filmar Juan no podía, porque estaba con problemas de fechas. En un momento me dijo: hacela sin mí, porque te estoy complicando la agenda”.

Natalia Oreiro no es sólo actriz o conductora: tiene una muy importante trayectoria como cantante. Afirma de sus giras: “Cada viaje fue un cuento. Tengo un vínculo muy fuerte con Europa del Este y con Israel. Creo que el que más me impactó fue el de Haití. Son personas muy amorosas y alegres. Creo que la mitad de la isla asistió a mis shows”. 

Fue Oreiro la gran protagonista de novelas que marcaron no sólo al público argentino. Reflexiona: “Estoy haciendo muchas series y películas, porque me parece que nos da una visibilidad muy grande en el exterior, para todo lo que se hace en la Argentina. Hoy las plataformas nos dan esa posibilidad, lo palpé con Iosi y con Evita, en su momento lo viví con las novelas y las películas en los festivales. Como comencé en la televisión soy una enamorada del género y me niego a pensar que no habrá más ficciones en la televisión de aire. Pero lamentablemente es muy complicado y es difícil sostenerlas económicamente. Este año teníamos un proyecto pero se tuvo que posponer por la realidad económica del país y no sé si se podrá hacer. Creo que la gente en su casa se merece ver ficciones en la televisión abierta. Ojalá podamos lograrlo”.