ESPECTACULOS
‘PATRIA’

El impacto de ETA llega al mundo de las series

La producción original de HBO muestra las cicatrices del País Vasco a través de la historia de dos mujeres y su vínculo. El productor, realizador y guionista Aitor Gabilondo habla con PERFIL.

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Trauma. La adaptación del libro de Fernando Aramburu y sus ocho episodios iba a estrenarse en mayo. | HBO

Patria, la novela de Fernando Aramburu que lleva vendidos millones de ejemplares implicó un antes y un después en la ficción española a la hora de construir el conflicto etarra, de mostrar (aquí desde dos familias cuya vida es alterada por un atentado) las secuelas de las acciones de la organización que del año1958 al 2018 buscó su independencia de España y Francia. HBO estrena hoy la adaptación de aquel best-seller, una adaptación que tiene como motor, alma y masa muscular que todo lo une al productor y realizador Aitor Gabilondo. Un nombre que ha realizado trabajos como Vivir sin permiso, Allí abajo y El príncipe y que hablando, antes de la pandemia y en pleno rodaje en España con PERFIL, contaba sobre la obra que quiso llevar a la pantalla desde el año 2016 (cuando compró los derechos): “No estamos poniendo la novela en imágenes, pero era fundamental encontrar un equivalente audiovisual de esa manera de narrar y las sensaciones que genera la novela. Yo lo comparo a un chirimiri, una lluvia fina, que te va calando lentamente, al principio es ligera, pero luego poco a poco, va pesando y pesando y te vas como cargando de agua”. Por supuesto, una historia con, valga y mucho la redundancia, tanta historia debía mostrar sucesos violentos, como atentados, asesinatos a sangre fría y violencia institucional en las calles. Y Gabilondo es claro: “esas imágenes se rodaron  tratando de ser lo más crudo posible. En toda la desnudez que tenía eso. Pues está reflejado, En la serie hay torturas, está demostrado que ha habido muchos casos de torturas y en la serie se ve. En el cuartel de Inchaurrondo y en Madrid, porque es una cosa que ocurrió y no se puede soslayar. Nosotros vamos a reflejar la verdad”.

¿Qué pasa a la hora de la repercusión de la serie que acaba de verse en el Festival Cine de San Sebastián? Gabilondo señala: “Cuando se habla de un tema que influye tanto en las personas, que es tan emocional, la respuesta es emocional. No va a ser racional. No estamos hablando de política, estamos hablando casi de teología: los posicionamientos son muy fuertes, pero creo que hay una parte de la sociedad que necesita ver y escuchar esto. Y luego habrá más después, yo espero que Patria sea una serie que quede, dentro de un año, de dos, de tres, se siga viendo y siga teniendo valor. No es un producto para el hoy. En la intimidad de la pantalla a la gente le suscitará emociones. Y que acaba en un abrazo”.

Las cicatrices. La miniserie de ocho episodios es un ambicioso proyecto, incluso más allá de la fascinación de Gabilondo con el relato. Es una producción que demuestra en cada plano dos cosas: la libertad con que fue creada y el empeño de producción por lograr una producción de enorme escala. Por ejemplo, en un pueblo ficticio, entre Soraluze y Elgoibar, se filmaron de manera realista las acciones de la ETA que implican desde la destrucción de buses hasta las manifestaciones públicas en su favor. El elenco del show es, principalmente, vasco, lo cual deja en claro, para todos, claro, un vínculo muy cercano con el relato dirigido por Félix Vizcarret y Oscar Pedraza. El mismo Vizcarret sostiene a la hora de mostrar cuál sería el potencial interés del mercado global para un historia que define a España y su pasado reciente: “Cómo la violencia envenena a una sociedad y cómo las consecuencias de la violencia, del rechazo, del aislamiento, acaba destruyendo los lazos afectivos. Y cómo incluso, habiendo pasado el peor de los horrores, siempre cabe el perdón, el diálogo, la esperanza, eso es lo que puede sacar cualquier sociedad de este relato”. El mismo Vizcarret es la perfecta alfombra de presentación para las protagonistas: las actrices Elena Irurieta y Ane Gabarain. Las define así: “saben la delicadeza y la humanidad con la que hay que abordar un conflicto como éste para huir del estereotipo. Antes que nada, Patria es un material con contrapuntos de incluso humor y momentos, y ellas saben dar con mucho del recorrido que debíamos llevar a cabo”.

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Las protagonistas. La actriz vasca Elena Irurieta interpreta a Bittori, la madre de familia que es sorprendida por la muerte de su marido, Txato, y desde ahí, ella y sus hijos (los actores Iñigo Aranbarri y Susana Abaitua) deben lidiar con esa situación. La otra protagonista es Ane Gabarain, que interpreta a la madre de un integrante de ETA. Entonces, esas madres, esas amigas, se convierten en el epicentro y punto de observación de la historia de España. Irureta habla sobre cómo su personaje a partir de la muerte de su marido debe luchar con un pueblo que le da la espalda, una hija que la aleja, y su propio rencor: “Desde mi punto de vista, entiendo que al personaje cuando le ha ocurrido esto se ha quedado básicamente sola, sin familia, sin amigos, sus amigos ya han cortado de un día para otro, el pueblo ha cortado de un día para otro, y tiene que salir, muy a pesar suyo, de su entorno, se queda en un piso maravilloso en San Sebastián, sola con un gato. Sigue contando con su marido, le cuenta sus andanzas a su marido, va al cementerio y se relaja contándole día a día sus problemas. Busca esa reconciliación, quiere volver al pueblo, decide dejar ese entorno en que vivía bien en San Sebastián. He querido ahondar en esa soledad. Hasta que vuelve al pueblo y poco a poco empieza otra vez. Es una mujer fuerte”.

¿Cómo resonaba la propia vida de Irureta en lo que estaban filmando? “Vivo en un pueblo Sumaya (10 mil habitantes), y en todos los pueblos hemos vivido presión por las dos partes. En el 81, mientras estábamos estudiando en San Sebastián, todos los días íbamos tres alumnos en el coche y llevábamos los textos en euskeda de Arlequín servidor de dos amos y a la altura de Larrinaga nos paraba la policía nacional con metralletas. Y nos hacían llegar una hora tarde porque hasta que no revisaban todos los textos de estudio y chequeaban si estábamos fichados nos demoraban. Por todos lados. La del otro lado, cuando eres joven, estás ahí, te prohíben mil cosas, los conciertos de no sé qué grupo y apoyando y tal. Ya cuando ves que están pasando cosas muy graves en tu propio pueblo y conoces, ya es más serio que ir a un concierto y ser de izquierdas. Desde los 18 años hasta los 60 viviendo esto. Y en cada edad lo vas viviendo de distinta manera”.

Las grandes preguntas

—¿Qué significa la reconciliación o perdón, al menos considerando tu trabajo en esta serie?

­­­AITOR GABILONDO: Yo creo que el perdón es algo personal e íntimo, no es algo colectivo. Pero una sociedad no puede quedarse en las heridas, tiene que avanzar. Es inevitable. Hablando de los personajes de la serie: El Txato no va a volver a la vida, jamás, eso ya pasó, pero las siguientes generaciones y los que hemos vivido esto estamos obligados a superarlas Y superar los dolores pues duele. Es difícil, pero hay que hacerlo. Dentro de 250 años nadie se acordará de esto, o sí, pero no como nosotros. Es ley de vida... Ese es el espíritu de esta serie.

—¿Cómo fue reproducir en las calles de San Sebastián una marcha de ETA hoy?

FÉLIX VIZCARRET: Mucha gente, incluso sabiendo que era un rodaje, comentaba que ver un autobús urbano quemándose en el centro de la ciudad, le recordaba a los años más duros de los disturbios callejeros. Es curioso que no habiendo pasado tanto tiempo a la vez que el ser humano y una imagen así tan impactante en una ciudad tan bella, mucha gente se retrotraía a veinte años atrás. Pasar página es sano, sin olvidar lo que se sufrió. Es bueno mirar para adelante, pero ser consciente de lo que ha sucedido.

*Producción de Marita Otero