ESPECTACULOS
JON BATISTE

“El primer paso es escucharnos”

El músico y cantante hoy está nominado a un Oscar por su participación en Soul, donde fue uno de los principales compositores. Lanza el disco We Are, que deja en claro la importancia de su obra. Cuenta como salió a la calle a tocar el piano en las protestas de George Floyd y cree, antes que nada, en su conexión y en el arte.

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Alegría. El músico es una realidad del soul y este es su cuarto álbum como solista y creador. | gza. general press image louis browne

Jon Batiste no aparece. Ya va casi media hora de espera. Y de repente, como nunca antes en la vida de este cronista, un piano y una canción. Por Zoom. Lleno de… ¿soul?, ¿divinidad?, ¿gloria quizás? La rutina, la mezquindad, la urgencia por la pavada se esfuman. Ahí está Jon Batiste, con su enorme sonrisa, con toda su humanidad resplandeciente pero no por eso inocente. Y cuenta, días antes del recién lanzado al mundo We Are, por qué salió a la calle a tocar en las protestas raciales por el asesinato de George Floyd, y por qué Soul, película que iba a valerle una nominación al Oscar (y seguramente el premio), es algo que lo llena de alegría. Y crean que nunca, pero nunca, en decenas de notas, este cronista sintió la sonrisa al final de la nota que le generó Jon Batiste. Solo queda, y no tanto, imaginar la potencia del disco de este hijo de una familia de músicos orgulloso de su herencia y líder durante años de la banda de The Late Show with Stephen Colbert.

—Sé que empezaste a trabajar en el mundo de la música a través de tu interés por los videojuegos que jugabas de niño. ¿Qué pensás sobre la conexión entre amar el arte y amar los videojuegos? 

—Bueno, amar el arte y amar los videojuegos es en realidad una conexión muy común. Y esa conexión tiene que ver con la creencia de que es posible crear una realidad, crear futuro. Los artistas están anticipando un futuro tomando inspiraciones del pasado y creando nuevas posibilidades. Cuando jugás un videojuego, es básicamente eso lo que hacés, intentás crear, operar en este universo alterno. Cuando yo era niño, realmente amaba ese escape que permiten los videojuegos. Jugar y encontrar otro mundo a través de un personaje, particularmente los RPG como Final Fantasy VII, que además tiene una banda sonora como la de una película. 

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—Tenés una conexión muy poderosa con la música, es como si vivieras dentro de ella. Pero ¿ha sido difícil para vos vivir en la música? No hablo del arte en particular, sino de intentar hacerla una forma de vida en Estados Unidos. ¿Ha sido un camino difícil en la industria?

—He tenido buenas y malas rachas, pero en realidad he encontrado que la mayor parte del tiempo es una bendición. La dificultad siempre está en mantener ordenada tu vida espiritual, estar en contacto con lo que te hace sentir agradecido. Esa es la parte más difícil. Las dificultades del afuera son temporales, pero mientras puedas mantener tu vida interna en orden vas a encontrar la forma de cumplir tus metas, incluso si esas metas no se ven como vos pensaste que lo harían.

—¿Y cómo podemos hacer eso como sociedad en este momento tan particular del mundo y de nuestra vida?

—El primer paso es escucharnos entre nosotros. Porque si no nos entendemos, si no atendemos a la humanidad del otro, vamos a continuar dividiéndonos, mirando al otro como un set de ideas que no nos gustan. Sin embargo, el que está del otro lado es una persona, otro hermano o hermana, y si podemos ver a esa persona creo que podremos tener más empatía, más entendimiento, y eso ayudaría a crear mejores discusiones. En este momento realmente no tenemos grandes discusiones, es todo blanco o negro, estás conmigo o contra mí. Y la belleza del arte es que es universal pero también abstracta, puede ser interpretada de diferentes maneras. Un paso que yo he dado en mi país como líder es llevar la música a la protesta y el activismo, y después hablar. Primero la música, después mis ideas, y creo que eso crea una mejor manera de comunicarse que la política.

—¿Qué crees que puede hacer el arte por nosotros como sociedad global?

—El arte puede ayudarnos a conectar más profundamente con nuestro costado espiritual. El costado que es divino. Todos tenemos una parte divina y otra débil, llena de esas fallas humanas con las que peleamos constantemente. Y podemos ocuparnos de alimentar la parte divina o la débil. La música, el arte y la creatividad alimentan nuestro costado espiritual, divino. 

— Considerando la forma en que ves el mundo y a nosotros mismos, ¿cómo definirías a Dios?

—Creo que Dios está más allá de las definiciones, especialmente de las definiciones humanas. A la gente le gusta decir que Dios es amor, pero nosotros no entendemos realmente la profundidad del amor. Creo que Dios es un eterno, infinito, ejemplo de amor, y eso significa que nosotros no podemos concebirlo con nuestro propio entendimiento, que es muy pequeño. Yo soy cristiano, y cuando pienso en Dios, cuando pienso en definirlo, incluso de la forma en la que la gente cristiana ha adoptado para hacerlo, siento que no representa lo que Dios es en realidad. Tengo problemas cuando la gente intenta definirlo porque simplemente no creo que puedas hacerlo con lógica humana, pero sí tener fe en él, confiar en él, conocerlo. Según nuestra fe, llegas a conocerlo a través del ejemplo de Jesucristo, que es sacrificio, amor, conexión, sabiduría. Bueno, es tan grande que no sé ni cómo responder a la pregunta.

—¿Hay alguna idea particular que tengas en este repensar que se relacione directamente con la pandemia, con el aislamiento?

—Sí, por supuesto. Para mí este momento ha sido una reevaluación de las cosas que realmente me importan. ¿Cuáles son las cosas a las que me gustaría volver cuando regresemos a la normalidad, lo que sea que eso signifique? ¿Cuál es el sentimiento que tengo sobre mi vida y la dirección en la que va? Ahora que tengo esta oportunidad de sentarme y reevaluar todas las decisiones que he tomado pienso en todo eso. En qué casa he decidido vivir, con qué persona he decidido vivir, qué personas tengo en mi vida a las que daba por sentado que iba a ver cuando quisiera y ahora no puedo. Estos días pensás en eso de una forma muy urgente.

—“Soul” es una película hermosa y vos sos una parte muy importante en esa humanidad de la película. ¿Qué representa la película para vos? ¿Descubriste algo que no sabías mientras hacías la música cuando viste el resultado final?

—Sentí muchas cosas la primera vez que vi el resultado final. Trabajé en ella durante dos años, y una gran parte del trabajo fue muy colaborativo, hecho de una forma bastante poco ortodoxa. Así que lo primero que ves en la película son mis palabras y mi música. ¡Y yo no sabía hasta que vi la versión final de la película en un cine! Fue muy conmovedor ver toda la fusión y la colaboración entre tantas personas para crear esta, que es una obra maestra, muy innovadora, histórica, diría.

 

Jesús como historia personal

—¿Qué historias te gustaban cuando eras niño que ayudaron a definir esta hermosa visión del mundo que tenés?

—De niño leí un montón de cuentos de hadas y mitología. Siempre me inspiró mucho la historia de Jesucristo en la Biblia. Esta persona que vino y murió por todo el mundo, por amor, y fue un sanador pero también un rebelde, en contra del orden político del momento. Me inspiraron también algunos personajes de videojuegos y programas de televisión, como Cloud de Final Fantasy 7 o Sonic. Personajes que son sinceros y viven en plenitud, y también tienen algo mágico en ellos. Yo trato de crear esa energía alrededor mío y de quienes me rodean. Sin duda es una lucha en este mundo, pero yo soy un creyente.

—¿Ha sido difícil encontrar este tipo de personas, con estas creencias, en tu vida? ¿Ha sido difícil rodearte de un ambiente positivo que te contenga?

—Sí, ha sido difícil. Y he descubierto que la clave para superar un ambiente negativo es tener momentos para vos. Irte de la situación, sentarte con Dios, dejar tus pensamientos y sentimientos y solo escuchar, en soledad. Porque después, cuando vuelvas, podés ser una inspiración para los demás, volverás con tanta claridad que elevarás la vibración del resto. Esa es la única manera, recargarte con la fuente divina, la creación. Sí reconozco que es difícil encontrar un momento para hacer eso ahora, como seres humanos siempre ocupados, conectados a smartphones, siempre distraídos con todo lo que está sucediendo todo el tiempo. Es algo simple pero difícil de hacer en el mundo moderno.