Dicen que lo bueno viene en frasco chico. “El veneno también”, retruca Eleonora Wexler (35), la mala de “Valientes”, desde su 1,59 metro de estatura. A simple vista, resulta difícil conjugar su imagen de villana en la tira éxito del 13, con su tamaño, digno de una protagonista de cuento de hadas. Sin embargo, a continuación del comentario, la actriz quiebra el suspenso sobre su persona con una sonrisa que descubre el velo y la presenta dulce y amable. “En la calle, la gente me dice: ‘Te odio Juana -nombre de su personaje-, pero te amo”, dice ella, quien conoce a la perfección la distancia entre el escenario y la platea.
Wexler debutó a los 9 años en la comedia musical “Annie”, donde se ganó el diploma de niña-actriz. Desde entonces, su carrera no se detuvo: hizo de hija de Luisa Kuliok, en “Venganza de mujer”, y más adulta participó en “Mesa de Noticias”, “La banda del Golden Rocket”, “Sólo para parejas” y “El Garante”. Luego se inclinó hacia el teatro y, en 2002, brilló en el San Martín con “La Tempestad”.
Este año, haciendo caso omiso a la idea de que “segundas partes nunca son buenas”, aceptó la oferta de Pol-ka para dar vida a una nueva villana, en “Valientes”: Juana, una mujer de infancia traumática —vio morir incinerada a su madre—, que está enamorada de Leo Sosa (Luciano Castro).
—¿Cómo se explica que una mujer con cuerpo de princesa pueda interpretar a una villana?
—Creo que son personajes agradecidos que me gustan porque presentan la posibilidad de jugar varias cosas. Lo atractivo es que no tienen un cuadro definido de comportamiento, sino que dan libertad para poder jugar y así desplegar diferentes emociones. En cambio, la princesa o la buena, son más limitadas. Aunque ahora hay licencias para buscarle otros colores. Sin embargo, en teatro y en cine, nunca hice de villana. Siempre me buscaron para interpretar heroínas o chicas con carácter. Fue en la televisión donde vieron en mí esa veta.