Esta no me gusta, tampoco ésta. ¿Podés borrarlas?”, le pedía Emanuel Ortega al fotógrafo, mientras observaba en la cámara digital las fotos que acababan de sacarle. Suele ser muy meticuloso con su imagen, nunca termina de gustarse cuando se ve en fotos y no quiere que esas fotos que acaba de rechazar queden registradas. El fotógrafo accede y el cuarto hijo de Palito Ortega queda satisfecho.