Sólo sé preparar fernet”, dice, entre risas y con un mojito en la mano, Martina Soto Pose, la flamante conductora de El gran bartender, el nuevo reality que elegirá al mejor barman de la Argentina a partir de esta medianoche por Telefe. El ganador se llevará un pasaje para visitar los mejores bares de Londres y 100 mil pesos. “No es sólo encontrar a alguien que haga buenos tragos, debe ser un showman, un creador, un alquimista, que traiga innovación, rapidez y que se tiene que bancar la dura competencia. Vamos a sacar al mejor cantinero del país”, promete Soto Pose, ex notera de CQC y actualmente a cargo de las noticias de la medianoche del canal. Hoy se verán 18 participantes al aire de los cuales sólo quedarán 12 para la recta final, quienes deberán ser juzgados por los especialistas internacionales en coctelería: Inés de los Santos y Fede Cuco, y el periodista-productor de rock, Bobby Flores. “Es un jurado bravo –anticipa–. Inés y Fede son capos en lo que hacen, entonces son muy rigurosos y exigentes. Seguramente que habrán discusiones y mi rol es hacer ameno el mal trago”.
—¿Quién te lo ofreció?
—Yo estoy bajo el ala de Rodolfo Barili, quien me trajo al noticiero, y él me avisó: “te van a ofrecer este programa”. Y cuando me llamaron de la productora Salta violeta, de Mariano Peluffo, ni lo pensé.
—Sos la cara de la medianoche de Telefe, ¿te quita presión no depender del rating?
—Te soy sincera, no subestimo la importancia del rating, pero en lo que respecta a mi trabajo cotidiano no es algo que esté muy pendiente.
—Si irías en prime time sí tendrías presiones.
—Sí, es cierto. La mayoría de los conductores viven con el rating en la mano y a Rodolfo es un tema que le interesa, quizá mi poca preocupación sea porque soy chica, tengo 29 años, y creo que el rating tiene que acompañar, pero no es mi meta. Me interesa que sea un buen producto, nada más.
—Saliste del casting en vivo de “CQC” llamado “El octavo integrante”, un reality dentro del programa. Hoy rinden “Masterchef” y “Elegidos”, y “Entre caníbales” no. ¿Qué tiene un reality que no tiene una ficción?
—Cuando teníamos que grabar las devoluciones del jurado realmente me ponía muy mal, me angustiaba porque yo había estado en ese lugar. Lo sentía en carne propia, la primera jornada me fui muy cargada, me generaba mucha empatía porque recordé lo que sufrí las devoluciones en El octavo integrante... Y la diferencia entre un reality y una ficción es la carga emocional, puede ser un gran actor, pero uno sabe que es algo armado, acá es algo auténtico, los sentimientos y la parte humana quedan absolutamente al descubierto.
—¿Qué mirada tenés de la TV?
—Yo creo que productos como Entre caníbales tienen que estar en la TV aunque es cierto que el reality rinde más. Es loco. Igual, hubo un cambio con respecto a los realities, creo que a Gran Hermano no lo ve mucha gente hoy, pero antes era furor. Cambió mucho el hábito de sentarse delante del televisor a mirar. Yo lo hago, me encanta Mengolini en C5N, los fines de semana TVR, me gusta ver Mirtha Legrand. Sé que si me pierdo un programa voy a internet y lo veo.
—En cinco años lograste lo que a otro le cuesta el doble de tiempo, ¿qué se gana y qué se pierde en ese ascenso?
—A los 29 años me siento realizada. Me pone muy incómoda la gente que me reconoce en la calle, o cuando salgo hecha una crota a tirar la basura y me miran. Soy un poco fobica, son cosas que voy a tener que trabajar, elegí esta carrera y es un precio a pagar.
Pro piercing y antiestrés
Soto Pose dice que no tuvo ningún problema por los dos piercings que luce en su cara a la hora de la imagen al frente de Diario de medianoche. “Barili me dijo que le hacía ruido mi arito de abajo del labio, pero probamos y finalmente quedó. Creo que la tele se amoldó al modelo de sociedad que vivimos”, analiza la rubia. “Además, Jowie Campobassi, con su look y supertatuajes me allanó el camino”.
—Sos locutora egresada del ISER, ¿estar en pantalla te dio la posibilidad de hacer dinero extra conduciendo eventos privados?
—Soy muy respetuosa porque entiendo que para mucha gente es un ingreso importante, pero te confieso que intenté hacerlo, pero no es lo mío. Me estreso muy fácilmente, y necesito adaptarme rápidamente a las estructuras de trabajo. He tenido discusiones con gente del palo, y aunque suena medio hippie, la plata hoy por hoy no es lo que persigo. Vivo con mi novio en Palermo, en el barrio que queremos, un lugar lindo. Quiero crecer profesionalmente y hoy mi apuesta fuerte es el noticiero y este proyecto con el que me puedo empapar y es el perfil que quiero apuntar: la conducción de diferentes formatos en tele. Es lo que más me llena. Hoy, por suerte, puedo elegir.
—¿Cuál fue el mejor conductor de ‘CQC’?
—Juan Di Natale, por más que fue co-conductor, creo que es el más creativo de todos los que estuvieron en el programa, es un ejemplo de conductor, y de persona, es un excelente profesional y es uno de los modelos a seguir sin ninguna duda.