ESPECTACULOS
Silvia Pérez

“En lo independiente pude desarrollar personajes”

La actriz incursiona en un nuevo género ficcional: apuesta a cruzar su propia vida con la de la escritora y psicoanalista francesa Marie Bonaparte.

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Estreno. “La última Bonaparte” la pone en escena en un formato distinto y que cruza diferentes artes. | GZA. NAHUEL BERGUER

Los anuncios afirman que Silvia Pérez se confesará en el escenario, bajo el título del espectáculo La última Bonaparte, con libro original de Walter Ghedin, en versión teatral y con dirección de Dennis Smith. Desde el sábado 19 está en esta nueva ficción en El Camarín de las Musas a las 22 horas junto a Mauro Álvarez y al músico Agustín Buquete. 

Imposible no asociarla con la televisión, ya que integró programas tan exitosos como Operación Ja Já, Zona de riesgo o No toca botón. Pero desde hace varios años Pérez encontró su espacio en los escenarios. Cuando reflexiona sobre estos años pandémicos dice: “Es importante acompañar, la empatía no solo con los cercanos, sino también en la calle. Hay mucha gente que la está pasando muy mal y hay que mirar al otro. Nos estamos reacomodando a algo diferente”. 

—¿Por qué desde hace algunos años actuás en obras inspiradas en textos del autor  Walter Ghedin?

—Es éste el tercer espectáculo basado en un libro suyo. En el 2016 estrené La vagina enlutada y en el 2019 Delirio de amor. Lo conocí a partir de la primera obra a través del director Gastón Marioni. Walter es psiquiatra, sexólogo, actor y maravillosa persona. A partir de ahí me propuso co escribir un libro y así se editó: Autogestionar la felicidad (2018). Así fuimos gestando una amistad y además de sus novelas apareció el teatro. Él me contó la historia de Marie Bonaparte. Aquí se muestra la filmación de un documental sobre la vida de ella, entrecruzándola con la mía. Esta idea empezó hace muchísimo tiempo, antes de la pandemia. No sólo se demoró el proyecto sino que en el camino llegó Dennis (Smith), se produjeron todas las transformaciones y a él se le ocurrió este formato docuficcional, donde se cruzan las dos biografías, la de Bonaparte y la mía. 

—¿Se entrecruzará una vida siglo XXI con la de Marie Bonaparte que nació en el siglo XIX?

—Ella murió en 1962, pero su apellido lo asociamos a los siglos XVIII y XIX. Su historia es muy contemporánea en cuanto evidencia la lucha de una mujer. Como ahora que seguimos luchando. No se la conoce. Hay poco para leer sobre Marie Bonaparte. A veces se la asocia sólo con la frigidez y la anorgasmia, no con la búsqueda de placer, nos interesa mostrar cómo y dónde lo buscamos. La pregunta que dispara el espectáculo y que me hizo Dennis Smith fue por qué a mí me interesaba hacer este personaje. Mostrando el paralelismo entre la infancia de ella y la mía, su vida y mi imagen en la época de sex symbol. Habrá un cruce de opuestos y encuentros.

—Así como Marie Bonaparte encontró a Sigmund Freud: ¿vos te cruzaste con Walter Ghedin?

— (Se ríe) Podría ser, aunque nunca me atendí profesionalmente como sí lo hizo Marie. Ghedin es un artista que quiere plasmar sus preguntas en el arte.

—Estrenaste hace unos años «La restauración» en Timbre4, después «El ocaso de un estafador» en el Cultural San Martín: ¿alejarte del ámbito comercial es tu decisió?

—Un día me di cuenta que me había alejado de lo comercial y que me había metido en este mundo independiente o alternativo, donde pude desarrollar personajes. Tal vez porque a mí me habían encasillado en un lugar me era más difícil hacer lo que quería. Lo veo como significativo, hacer al revés de muchos actores que empiezan en el ámbito independiente para ir al comercial. No me lo propuse. Luché para volver a trabajar después de la muerte de Alberto Olmedo. Elegí retornar con algo intermedio como fue El último paisaje de Marisé Monteiro (2009), dirigida por Roxana Randón. Así empecé a incursionar en otro tipo de teatralidad y los jóvenes me empezaron a convocar, tal vez porque tienen muchos menos prejuicios.

 

La India, el cine y la radio

Silvia Pérez demuestra su predilección por el film Encarnación de Anahí Berneri. Se estrenó en el año 2007 y en el elenco también estaban Carlos Portaluppi, Martina Juncadella, Luciano Cáceres, Osmar Núñez y Fabián Arenillas, entre otros. Afirma: “Es mi gran joyita, para mí es LA película. Filmé El cuento del tío de Nacho Guggiari antes de la pandemia, que se estrenó el año pasado. Incluso hicimos algunos arreglos de audio por Zoom, ya en el 2020. También hice un corto y hace muy poco grabé una participación para el programa Turno tarde que conduce Andrea Politti para ElTrece a las 17:30”. 

Hasta ahora estuvo trece veces en la India. Recuerda: “Viajé cuando me enteré que existía un avatar en la India: Sai Baba. Una amiga me regaló el libro: Sai Baba y el psiquiatra de Samuel Sandweiss, ahí decidí irme y conocerlo. Estaba buscando este camino hacia dentro, a diferencia de lo que me pasaba afuera. Fue muy significativo. En ese primer viaje sentí que la India es parte de mi vida. Me tuve que quedar casi un mes, por cambiar el pasaje, de esto hace muchísimos años, todo era muy distinto”. 

Hizo programas radiales tanto en Nacional como en la de UBA, titulados Tesoros escondidos y Corazón valiente, el poder de los valores. Confiesa: “Además del teatro, amo el cine y la radio. Los programas radiales los cree yo, en ambos buscábamos exaltar los valores humanos a partir de las noticias de la actualidad. Tenía invitados tanto a políticos como especialistas en educación o economía. Era muy difícil hacerlo. La radio te obliga a escuchar, algo que es complejo”.