Al principio de año, cuando se supo que era la persona elegida por Diego Guebel para ocupar el puesto dejado por Mario Pergolini al frente de CQC, sorprendió a propios y a extraños. Aunque, asegura, a ella no. Ernestina Pais venía de un 2008 difícil, donde había tenido que ponerse al frente de Mañanas informales durante la enfermedad y tras la muerte de su amigo y mentor, Jorge Guinzburg. Una combinación entre fatalidad odiosa, esfuerzo propio y talento ante las cámaras la ubicaron en el ojo de la tormenta. Como ella misma dice: no era la primera vez. Hija de un desaparecido, de niña tuvo que afrontar la muerte y un concepto más ambiguo: la imposibilidad de constatar lo ocurrido, de cerrar una historia.
Hoy, casada con Alejandro Guyot, tiene un hijo, Benicio y continúa utilizando el humor como arma fundamental de supervivencia. Delante de PERFIL, habla con su marido. Cuando corta, informa: “Me dice que no tengo arreglo, y tiene razón”. Luego, lanza una de sus características carcajadas.
—Decís que estabas lista para “CQC”. ¿Sos autocrítica?
—Sí, soy terrible. En Mañanas informales, de repente, una entrevista no generaba atención. Y a las tres horas yo estaba en casa, pensando en eso hasta que lo llamaba a Jorge y le decía “¡me equivoqué en esto!”. Pero es como que aprendí a evaluarme. Cuando empecé, yo salía con mi casetito, hacía la nota, después me ponía a editar, le ponía la música... Jorge me enseñó todo. Me empujaba a que yo supiera todo, a que aprendiese para que nadie me pudiese meter una excusa.
—¿Sos de excederte en la autocrítica?
—Sí, cuando lo hago es cuando resulta inconducente. “Soy una mierda”, me digo. Si no hice algo bien en un programa, empiezo: “Soy una basura, soy una idiota”. Y eso no es una crítica. Una crítica es detectar que algo no funcionó y ver qué pasó. Una crítica despiadada no me sirve porque no hay nada para cambiar. Si soy una mierda, no puedo cambiar.
Lea más en la Edición Impresa del Diario Perfil
.