Uy, bien. Todavía no caigo, para que te des una idea todavía no he llegado a casa. Lo poco que pude ver son los saludos, las felicitaciones. La repercusión en redes”: amable, entusiasta y feliz, así se la escuchaba a Pamela David el mismo día del retorno de Desayuno Americano, el ciclo matutino que va de 10:30 a 13, de lunes a viernes, por América. Y suma: “Yo me sentí enchufada a 220. Me sentí súper enfocada. Quizás es la falta, que hace un montón que no hago vivo. Pero bien, tranquila con un equipo bastante sólido. Teníamos tanto tema como para hacer dos programas. Así que bien, muy bien, de hecho”.En un espacio símil coworking, David presentó a su equipo, integrado por Carlos Monti, Locho Loccisano, Luisa Albinoni, Gustavo Gravia, Paulo Vilouta, Natalie Weber, Julieta Navarro y el mobilero Khaled Hallar. Y hasta presentó al perro de la familia, Tinto. David: “¿Sabes que a mí estos años me preguntaban mucho por Desayuno Americano? Cuando se fue, la gerencia de programación de ese momento, decía ‘lo guardamos en un cajoncito, en algún momento lo sacaremos, no es que se termina. Se guarda’. Todos estos años el que vió y se sentía acompañado por Desayuno… lo extrañó al formato. Entonces, contar, y estar a la altura de esa compañía, que la gente necesita, es importante. Y es importante que post-pandemia es un público diferente. Más enojado, y con razón. La gente es más consciente y más enojada. Tenemos más conciencia de lo que consumimos. Lo que leemos, lo que escuchamos, lo que consumimos. Para mi la noticia por supuesto es inmediata, pero se puede ser inmediato y ser compasivo. Siento que lo que consumimos o nos enferma o nos hace bien. Yo quiero hacer algo que haga bien”.
—¿Qué sentís que representa el espacio de la mañana hoy en la televisión argentina, en está era Tik Tok e Instagram Reels?
—Es cierto, aunque nosotros vivimos con las plataformas interactuando. Nosotros ya teníamos la época de Twitter pero… cambia el horario un poquito. Es poca la diferencia. Antes íbamos de 9.30 a 12:00 y ahora de 10:30 a 13:00, es una hora de diferencia, donde podes tener la noticia fresca fresca, o la tenes que contar, recontar y recicla. Hay un poco de diferencia en esto. Pero lo que siento es que es más distendido. A la mañana, generalmente está la noticia dura. Hoy, a tan solo un programa de aire, siento que el espíritu distendido es lo que más garpó, lo distendido, lo ameno…era lo que veníamos buscando en este nuevo ciclo.
—¿Era la idea editorial la búsqueda de esa distensión?
—Es lo que deseamos, seguro. Si me preguntas a mí, es lo que me gustaría: poder acompañar e informar al público, sabiendo que es algo muy difícil. Y que esa dificultad nace de que las noticias son en su mayoría duras. Informar sin una carga de tensión. A mi la tensión, la venta de la tensión, el “tutututum” de la alarma, del alerta de último momento no me interesa ahora. Es algo que voy a intentar evitar. También es cierto es que hay noticias que son en el momento, y es el último momento.
—¿Cómo veías el panorama de la televisión a la hora de armar este regreso? ¿Había algo que veías que no te cerraba y querías hacerlo en tu espacio?
—Sí, sí, yo como televidente, ya que nunca dejé de consumir tele, sentía que faltaba escuchar. Sí me pasaba que necesitaba escuchar más, por ahí entonces mi desafío es generar el lugar para que puedan hablar, desarrollar el concepto, terminarlo, de una parte y otra, y ojalá esto lo pueda lograr. Lo que me es muy importante: sin agredirse. Y eso es importante porque, si bien no recuerdo ejemplos puntuales, sí recuerdo momentos en entrevistas donde hubo destratos entre los invitados. Es un año electoral, y terminan poniéndose pesado. Te faltan el respeto. Te quieren operar. Es un año bravo y hay que estar muy atentos.
—¿Cómo será el acercamiento al año electoral?
—Yo quiero que vengan todos. Y Vilouta no llego a estrenar hoy, pero va a estrenar un segmento que se llama El gran presidente, y que es una especie de Gran Hermano, donde se presentan todos los nominados, todos los candidatos, lo que se bajan, los que hacen la fulminante, los que abandonan la casa.
—¿Cómo te sentís vos cómo conductora? ¿Dónde crees que están tus fuertes y dónde, quizás y si tenes ganas, las cosas que no te gustan?
—Me gusta que puedo darle calidez a la pregunta y a la escucha, pero lo que me gusta, al menos hoy, es que me ví acelerada. Si es por mí, sacó la hoja y la lapicera y sigo. Pero no va a ser hoy el día. Voy a ser más amorosa conmigo.
—¿Qué te conmueve e interpela del hecho de escuchar, que es algo que destacaste mucho en la entrevista?
—Que a veces no nos vemos. A veces lo único que queremos es imponer nuestra postura, nuestro pensamiento, y tener la razón, aunque sepamos que no la tenemos. Todo quedó en esa especie de combate, donde no importa si tenés la razón o no, pero sí importa ganarle al otro. Salir bien parado. Eso desarticula el debate. A mi por ejemplo me interesa una conversación con alguien que piensa totalmente diferente a mí. Me interesa mucho eso. El que piensa lo mismo, conversación, sí, y punto. Pero me parece más rico aprender porque razón la otra persona piensa como piensa… ¿qué lo seduce de mi pensamiento diferente? ¿Qué queda de lo que hablamos? Me parece algo necesario para la televisión el escuchar de manera positiva, que no sin crítica, aquello opuesto a lo que pensamos.
Las redes y el recuerdo
—¿Qué sentís que podes vincular de tu infancia, de aquello que te apasionaba, a esta actualidad como conductora, como profesional?
—Lo que sigue habiendo común puede ser el interés por lo social, por lo que le hace falta al otro. Hoy, en nuestro primer programa del nuevo ciclo, no tuvimos la oportunidad, pero para mí tener la oportunidad de tener dos horas y media es una responsabilidad también. Una responsabilidad que abre la puerta a una oportunidad: conectar. La idea es conectar a quien necesita con aquel que puede dar una mano. Eso es una parte importante del programa. Tampoco diré que es un programa solidario, porque no está programado así. Pero sí es algo que está pensando, que lo he venido haciendo siempre. Quizás será diario, pero quiero que exista esa posibilidad.
—¿Estas atenta a las redes a ver que dicen de vos? ¿O es algo que abandonaste por los problemas que puede implicar?
—Lo tengo que hacer. Yo creo que es importante. Nosotros trabajamos con las redes. Pero hoy no tuve tiempo. Es muy loco, porque el miércoles pasado fui al programa de Angel de Brito, y una amiga, Sole Lavi, me decía “Tus redes dicen La ruleta de tus sueños ¡actualiza Twitter!”. Ahí te das cuenta hasta donde le doy bola. No es que no le doy, pero claramente es muy poco lo que le doy. Igual lo sigo a Twitter. Digo, me informo ahí. Trato de hacer una pasadita por mi timeline, y ver títulos de último momento. Pero no me meto a navegar en profundidad, hay tiempo que no quiero perder. Así que lo miro, pero poco tiempo.