ESPECTACULOS
MICHAEL B. JORDAN

“Es una saga sobre la superación personal”

El actor da sus primeros pasos como director en Creed III, la película que completa la trilogía sucesora de Rocky. Celebra a quienes lo ayudaron en su tarea y reflexiona sobre que define a un héroe popular en el cine.

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Rodaje. Jordan ha confeado en más de una ocasión que hay una influencia del animé clásico en sus batallas. | GZA. WARNER

El estreno de Creed III es un evento: no solo por el legado de Rocky, y su extensión a lo largo del tiempo. Lo es porque implica el debut del actor Michael B. Jordan como director y la primera vez de la franquicia que ha seguido los pasos de Sylvester Stallone, sin, precisamente, Stallone. Jordan habla al respecto: “Creo que hay que entender que el mejor homenaje que le podemos hacer a Stallone, a Rocky, considerando lo que representan en la historia del cine es, precisamente, mantenerlo vivo en la historia del cine. Rocky es una saga que ahora ha mutado en Creed, y que siempre ha sido algo que le ha hablado a una idea muy poderosa de cine popular. Creo que hoy a veces confundimos el cine popular con las películas que venden muchas entradas. Pero Rocky es un hito, Creed ha logrado seguir ese legado. Siento que ahí hay un homenaje: es decir, sabemos que hay muchas historias sin contar. Y Creed ha tomado otro universo, otra experiencia, otros autores (como el director anterior Ryan Coogler) y los ha hecho parte de un legado que todos, pero todos, en este planeta conocen. Está es mi aventura, son mis ganas de contar desde este universo. Espero lograr algo similar a lo que Stallone ha hecho. Espero que otra vez una película deportiva hable más claro que otro tipo de cine”. 

Jordan es un actor como pocos: a la hora de pensar en un Superman de color, su nombre aparece siempre. Ha sido una parte celebrada del devaluado universo Marvel, siendo el villano de Black Panther. Y ha sido uno de los nombres cruciales a la hora del ascenso de un director como Ryan Coogler, con quien colabora desde Fruitvale Station, y él celebra ese vínculo: “Por supuesto que Ryan fue uno de los que me ayudaron en este proceso de debutar como director en una película enorme de una franquicia. Es fácil pensar que como he vivido mucho tiempo detrás de películas enormes, hay un interés natural por entender cómo funciona ese mundo. Pero lo cierto es que no todos tienen esa urgencia. Yo sí. Eso sí, cuando te encuentras en tus manos con algo tan grande, cuando ves que un film que sale muchísimo dinero, que se suma a una franquicia exitosa, bueno, te pones un poco nervioso. Ha sido una experiencia muy agotadora, pero al mismo tiempo muy satisfactoria. Coogler me dio consejos, todos me han escuchado, he logrado congeniar mi rol como protagonista, tratar de tener el mejor set posible y sumar mi voz como autor”. 

—Cuando descubriste que ibas a ser director, ¿qué pensaste que podías traerle desde tu mirada a la franquicia?

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—Honestamente, lo primero que pensé es “Ojalá no la cague”. Entonces, ahí después, empiezan a aparecer otras preguntas, y otras respuestas. Quiero decir, es muy fácil pensar que tiene que hacer un director, pero cuando estás ahí, realmente descubres que hay cosas que puedes hacer, pero que dependes de una comunidad, de tu comunidad. Es decir, tu equipo de trabajo te ayuda a ser lo que eres, por eso no pienso tanto en lo que yo traje. Me preocupa hoy más reconocer la paciencia que todos me tuvieron. Desde Tessa Thompson, que ha sido mi compañera en esta travesía, hasta Jonathan Majors, que recién se suma, y muchos más nombres. Todos me ayudaron, todos me tuvieron paciencia, todos me escucharon. Entonces, la película termina siendo la que puedes hacer, por eso la idea del autor no la celebro mucho. El cine es algo comunal, sea Hollywood y una franquicia o sea una película independiente. Yo fui muy feliz y alguien muy estresado en este rodaje. Espero que Creed pueda llegar a nuevos lugares, que pueda ser un gran éxito. 

—Aun así, algo de tus pasiones del cine se tienen que haber deslizado. 

—Bueno, es sabido que tengo una pasión por el animé, y lo cierto es que a la hora de pensar en las peleas, no podía dejar de inspirarme tanto en el famoso legado del que hable y también en mi pasiones. Por ejemplo, Dragon Ball ha sido siempre algo que me ha traido ideas. Siempre he visto muchas peleas de animé clásico, y sentí que había algo ahí que nunca había llegado a Hollywood. Y lo cierto es que sin copiar, traté de conjugar un poco el lenguaje de la animación japonesa a la hora de las peleas con el universo del boxeo que plantea Creed, que siempre oscila entre la caricatura realista y la épica deportiva del cine. También que mi mirada sea la que está detrás de la escena, genera que uno pueda ver las mismas escenas de otro lugar. Con esto no quiero decir que Ryan no me entendiera, ni remotamente, pero tu mirada no deja de ser tuya. Espero disfruten lo que hicimos con las peleas aquí. 

—¿Qué sentís que define el núcleo de la saga Rocky?

—Es una saga sobre superación personal, pero que nunca ignora algo de lo que he hablado: aunque Creed esté solo ahí arriba, o Rocky en su momento, siempre tienen un grupo, una familia, un marco de contención. Creo que ese es un mensaje de la saga que suele ignorarse, ya que siempre se posiciona por encima de la superación. Creed ha peleado para probarse, para seguir un legado, porque era lo que lo definía en el mundo. Ahora tiene su familia, su hogar. Y pelea para defenderlo, para cuidarlo. Creo que hay más cosas por las que un hombre puede pelear que por su ego. Es importante eso, acá ambos personajes, de ambas sagas, comenzaron porque necesitaban probarse. Después que te pruebas aparecen otras ideas, no te quedas ahí. Entonces, ese núcleo que me preguntas para por una idea de héroe popular, pero lejos de la estatua creo es mejor celebrar lo que contiene a alguien que consideramos héroe. Es mucho mejor entonces ser consciente que el núcleo de la saga son los peleadores, aquellos que lo hacen literalmente en un ring por el título del mundo y aquellos que enfrentan sus dilemas. No hay nada en nuestra vida que no vivamos como una pelea a superar, y no sé cuánto de eso tiene que ver con Rocky, honestamente.  

—Considerando la prevalencia de superhéroes ¿qué queda para, como dijiste, un héroe popular como un deportista, al menos en el cine?

—Entiendo lo que preguntas. Creo que esas figuras solo demuestran lo que necesitamos, y que determinados sucesos se deben a determinado momento. Yo creo que la fábula de Creed es algo que vive siempre en nosotros: el cuento deportivo donde lo físico se mezcla con la superación. Pero siento que son relatos que tienen mucha mística. Nadie nunca va a olvidar a Rocky, espero que lo mismo pase con Creed. Yo le debo mucho a Adonis y a su cruzada para no desearle sinceramente todo lo mejor que pueda desearle. Espero que le guste su película.

 

Pensar desde otro rincón

—Hablamos mucho del legado, pero ¿hubo algún momento que tuviste que descartarlo?

—Sin dudas. No podes vivir con una maldición y una bendición así de grande encima todo el tiempo. En un momento tenes que pensar solamente en el trabajo. En filmar. Por supuesto, a la hora de pensar y hablar, es fácil eso surja. Aun así, es algo menos presente: imaginate que si yo me movía en rodaje a cada paso pensando en ocho de años de los films de Creed y las décadas de Rocky, no podía dar un paso más. Descubrís igual como ese relato puede variar, por ejemplo, el caso de las peleas, que pueden filmarse de tantas formas. Ahí también tenes que ser reactivo: ya como se filman las peleas hoy en una transmisión tiene un calidad que realmente te deja con la boca abierta, entonces mezclando todo lo que te hable, quedas en una esquina, rodeado, y solo te fuerza a ser creativo, a ser expeditivo, a ser amable con tu equipo. Salis a las trompadas de todos los preconceptos que te rodean y pensas en cosas nuevas, tan solo para no pensar en las anteriores. Algo que puedo decirte es que es a veces muy bueno actuar y dirigir, porque tenes siempre la cámara en tu cabeza, entonces vas acomodando muy rápidamente lo que queres. Y, lo dije muchas veces, pero no puedo dejar de decirlo: todos fueron compañeros geniales, todos, y me permitieron que una experiencia que podría haber sido agotadora sea algo que me deja imaginarme en otros lugares. Ha sido muy gratificante poder ver lo que hicimos juntos. Siento que lo que sabía del cine sirvió, pero hoy todo es muy nuevo ahora frente a mis ojos.