Luego de dar a luz a su primer hijo, Kingston, que tuvo con el roquero Gavin Rozadle, la cantante estadounidense Gwen Stefani tardó sólo tres meses en recuperar su peso. Sin embargo, reveló que sufrió grandes crisis de llanto debido al intenso trabajo físico que tuvo que llevar adelante - durante y después del embarazo- para no perder primero, y luego para recuperar su figura.
“Tengo una obsesión con el peso”, confesó la cantante de 37 años, después de declarar que lloró durante las sesiones con el entrenador, "juro que se me hacía imposible hasta respirar, debido al intenso trabajo físico durante el embarazo”.
Stefani calificó de “locura” su preocupación extrema por mantener su peso, pero consideró que era necesario porque “estaba a punto de lanzar un nuevo álbum” y la imagen de un artista, asegura es "muy importante”.
"Sé que la gente que me quiere no le importa lo delgada o gorda que estoy", indicó. Sin embargo, recordó que "de chica era un poco gordita y no querría volver a serlo nunca más".