Mucho se dijo sobre si viajaría o no a Sudáfrica. Que estaban separados. Que no podía por trabajo. Que era una "picasesos". Pero más allá de todo, Evangelina Anderson, la esposa del defensor Martín Demichelis, llegó al Mundial y ayer estuvo alentando a su marido en la tribuna del Soccer City Stadium en el triunfo 3-1 de Argentina contra México por los octavos de final de la Copa del Mundo.
La rubia estuvo con su hijo Bastián y la familia de Demichelis, a pesar de las polémicas declaraciones del padre del jugador, oriundo de Córdoba, quien deslizó que Anderson era una "picasesos" que no dejaba en paz a Martín.
"Mientras estés solo, las mujeres te van a complicar la cabeza preguntando a cada rato con quién estás, dónde estás, qué estás haciendo. Son picasesos. Si tienen tanta desconfianza, lo mejor es que estén al lado de su marido", sostuvo hace algunos días Juan Carlos Demichelis destando una mini crisis familiar, que no pasó a mayores.
Evangelina, por su parte, le restó importancia a esas palabras y dijo que había sido una broma de su suegro, cuyo humor cordobés fue malinterpretado.
Ayer, desde la tribuna, Anderson desmintió cualquier tipo de pelea con su pareja. Todos los que se acercaron a preguntarle por el tema recibieron la misma respuesta: "Estamos mejor que nunca", dijo y aclaró que el número 2 de la selección Argentina no hablaría del tema.
Con una bandera dedicaba a "Micho" en una mano y con Bastián -superabrigado por el frío- en la otra, Anderson vivió el partido con nervios hasta el silbatazo final que dio rienda suelta a la alegría. La vedette, que dejó Bailando por un sueño hasta que Argentina cierre su participación en el Mundial, lució -como el manual de botineras marca- una camiseta de su pareja. No fue con la que el ex River convirtió ante Grecia, sino la del 4-1 con Korea, partido en el que cometió un error garrafal que provocó el único gol de los asiáticos.
Tal como había anticipado su mujer, Demichelis se fue del estadio sin hablar con los medios -ni siquiera los deportivos- sobre el pase a Cuartos de final. Caminó la zona mixta, donde los jugadores hablan con la prensa, con un mutismo absoluto. Silencio Stampa.
(*) Enviado especial de Perfil.com