“El cáncer es una enfermedad misteriosa, cabeza dura y que impone sus propias reglas. Y el mío, a la fecha, es incurable. Sé que eventualmente todos vamos a morir. Pero yo no quiero morir de esta enfermedad. Quiero seguir viva. Así que eso le digo a Dios, porque está después de todo en sus manos: en serio, ahora es el momento para que se produzca un milagro”.
Así explicó y suplicó una convaleciente y casi resignada Farrah Fawcett, cómo se siente hoy luego de dos años y medio de luchar contra el cáncer. Y fiel a su historia como ícono más que nada de televisión, lo muestra todo en un documental que ella misma preparó y que estrenó anoche la cadena norteamericana NBC. Allí se puede ver la realidad de su tratamiento contra la enfermedad quela lleva a pesar, a los 62 años, apenas 39 kilos.
La batalla. En septiembre de 2006, Fawcett recibió un duro revés cuando su médico le diagnosticó cáncer anal. Por eso, la actriz se sometió a quimio y radioterapia y luego fue intervenida. Pero en mayo de 2007, detectaron un pólipo en el mismo lugar que el anterior. Entonces, el especialista le recomendó realizar nuevamente radioterapia pero ella, decidida a probar todo para curarse, viajó a Alemania donde se sometió a un tratamiento experimental con células madre que todavía no se practica en los Estados Unidos.
Sin embargo, la enfermedad resultó ser más fuerte que la misma Farrah y el 5 de abril de este año, ingresó nuevamente en el centro médico de la Universidad de Los Angeles (UCLA), donde confirmaron que su cáncer había hecho metástasis y ya había alcanzado el hígado. Desde esa fecha, la actriz continúa internada.