En la India, una elefanta encadenada mira la gente pasar. Con la mirada perdida, se la oye resoplar cansada. Hace calor y ella tiene la piel seca por el sol y la falta de agua. Los turistas le toman fotos y la señalan, como si se tratará de una bestia salida de un cuento. Todo pasa lento y nada llama su atención, hasta que frente a ella se detiene un pequeño. Con el instinto maternal a flor de piel, aún apresada, toma a ese pequeño con su trompa y comienza